18 de Noviembre de 2019 | De: Becky Tarwater
Categorías: Apoyo para la familia
Cuando nuestro hijo mayor fue diagnosticado con parálisis cerebral (CP) mi esposo Rick nunca aprendió mucho acerca de las leyes de educación especial. Me acompañaba a las juntas de Admisión, evaluación y salida de la escuela (ARD) solo como apoyo moral. No llevaba a los niños a sus citas médicas o las terapias. Pero es un gran papá.
Al principio se le hizo muy difícil aceptar que su hijo era diferente. Pero una vez que pasó la negación, se convirtió en Rick el campeón. Tomó la responsabilidad completa de mantener a su familia pues yo me tenía que quedar en casa con Ryan.
Su trabajo lo mantenía fuera de casa por largos periodos de tiempo, pero cuando llegaba daba todo como papá. Desde cambiar los pañales, dar de comer a las 2 a.m., siempre ayudaba cuando se le necesitaba. Cuando empezábamos un programa intenso de terapias siempre estaba a mi lado. Cuando llegó nuestra hija su compromiso fue aún mayor.
Cuando nos cambiamos a Texas, empecé a trabajar otra vez. Rick se aseguraba de acomodar su horario para estar con los niños cuando yo no podía hacerlo. Yo trabajaba algunas tardes así que él tenía tareas regularmente.
Hasta aprendió a cocinar. Hace un macarrón con queso riquísimo. (Su secreto es echarle más queso americano para que tenga más sabor). Sé que hoy en día hay muchos papás que hacen lo mismo. Pero antes, él era la excepción de los papás regulares.
Aceptó que adoptáramos a nuestro último hijo aun cuando él tenía 46 años en ese entonces. Dio clases en la iglesia para que Ryan pudiera participar. Fue entrenador de beisbol aun cuando no le gustaba. Siempre llevaba a los niños al deporte que tocara en ese momento, ballet o gimnasia. Le encantaba leerles a los niños, lo hacía como un ritual cada noche. Aprendió a tener paciencia cuando le tocó lidiar con tres niños con diferentes discapacidades.
Recientemente se retiró, poco después de que nuestros hijos se fueron. Y si recientemente dos de nuestros hijos regresaron a la casa y él no tiene problema con eso. En realidad, creo que es en donde quiere que ellos estén. No ordinario. Él es mi héroe.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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