6 de Diciembre de 2016 | De: Kelly Mastin
Categorías: Apoyo para la familia
Recientemente observé un video de un niño con Síndrome de Down que estaba incluido en clases de educación regular. El video me dio la visión de los éxitos y retos que trae la inclusión.
Lloré en la escena de la cafetería. El estudiante, quien presentaba algunos comportamientos que iban empeorando durante su 6to grado, comía en la mesa con otros compañeros de clase. Sin dar aviso y rápido como un relámpago el niño alcanzó la charola de otro estudiante y le quitó el pan. El niño que se quedó sin su pan y otro estudiante le exigieron que devolviera el pan, “¡no puedes tomar la comida de los demás!”, exclamaron.
Sin embargo, sostuvo el pan con fuerza en su puño y se rehusó a devolverlo, ignorando las suplicas de sus amigos.
Finalmente, el niño que se quedó sin pan y todos los otros niños se levantaron y se movieron juntos a otra mesa, moviendo su cabeza a modo de disgusto y frustración. El niño fue dejado solo en la mesa con su pieza de pan robada la cual apretaba firmemente.
Era desconsolador observar. Los muchachos trataron de razonar con el ladrón de pan. Intentaron ser pacientes y le recordaron las reglas sociales. Pero al final, se frustraron y lo dejaron.
No los puedes culpar. Son niños- niños hambrientos. Y básicamente, sus derechos fueron violentados. No, no puedes culpar a esos chicos en lo absoluto. Lo que quiero decir, quien sabe lo que esos chicos habrán soportado. ¿Cuántos artículos le habrán arrebatado a través de los años, mientras él peleaba por controlar sus impulsos? Hasta los mejores amigos, los santos más pacientes tienen sentimientos y límites. No exagero cuando digo que solamente un día después, me hablaron de la escuela de mi hija Chloe quien había arrebatado un pastel a su mejor amiga durante la hora de almuerzo. ¡Sí! En serio. ¡Lo arrebató de su bolsa de comida tan rápido como un rayo y lo lamió!
El video vino a mi mente y vi a todas las chicas levantándose, enojadas, dejando a Chloe sola terminando su almuerzo.
Pero en vez de eso, la mejor amiga de Chloe simplemente le arrebató el pastel, lo limpió y se lo comió. Porque eso es lo que los mejores amigos hacen. Y porque la mejor amiga de Chloe respondió de la misma forma que Chloe, nadie se levantó y se fue, nadie se enojó, a pesar de eso supongo que Chloe recibió varias charlas de cómo comportarse apropiadamente y respetar a sus amigos. Y se lo merecía.
Lo que sí es un hecho es que estoy aterrorizada del día que sus mejores amigos se queden sin paciencia. Aún estoy muy consciente de esa posibilidad. Y me pone muy triste.
Pero hoy, estoy agradecida. Agradecida por la Amistad.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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