12 de Octubre de 2018 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
Después de 16 años con un niño con múltiples discapacidades, los buenos momentos muchas veces quedan enterrados por los malos. Las noches sin dormir, las enfermedades que te atemorizan, los terribles berrinches y miles de otras cosas las cuales son increíblemente difíciles son las que te golpean muy duro. Antes de que te des cuenta se te empieza a olvidar que también hubo momentos muy preciados.
He estado empeñándome en buscar todos esos preciosos momentos.
Mi hijo Jac, cada verano trata de volar un papalote. Es la cosa de causa y efecto. Cada año lo tratamos. Y cada año está más cerca de hacerlo por sí solo.
Recibe un papalote nuevo el día de Pascua y tenemos la oportunidad de probarlo. Y es el papalote perfecto. Volaba muy fácilmente y Jac lo pudo subir varias veces. Estaba tan contenta que lo grabé. Ahora lo vemos una y otra vez juntos.
Desde que empezó su terapia de conducta, ha estado trabajando en sentarse cuando practique alguna actividad y en esperar su turno, así que ahora podemos jugar Candy Land. Estamos en una etapa muy temprana, pero es un buen comienzo. Ya había olvidado lo divertido que era jugar Candy Land. A Jac le encanta que su mamá saque la tarjeta con la que tienen que empezar el juego otra vez.
Los momentos preciados que tenemos juntos vienen en todas formas y tamaños. En las noches cuando lo escucho decirme “te amo hasta el sol y la luna” o verlo bailar frente al espejo. Amo todos esos recuerdos.
Gracias Jac por tantos momentos tan preciados.
Aquí encontrarás la historia de otro padre de sus momentos preciados con su hijo.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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