14 de Diciembre de 2017 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
A medida que nuestro hijo crece y nosotros estamos más cansados, algunas veces es difícil emocionarse por los días festivos. Eso es algo que siempre amé de niña, estaba pendiente a la próxima gran celebración, decorando para la próxima gran festividad antes del día esperado. Para mi hijo, esta emoción por los días festivos no llegó hasta hace unos cuantos años.
Él ahora tiene 15 años y en los años anteriores parecía estar emocionado con los árboles de navidad y Papá Noel. Así que, de alguna manera es hermoso que él este descubriendo algo nuevo. Por otra parte, estoy envejeciendo, estoy más cansada y estaría bien si no pongo todas las decoraciones para las próximas festividades.
Con el paso de los años, los días festivos han sido para Jac casi una tortura. Las reuniones familiares significan muchas personas, mucho ruido y un horario desconocido que es difícil de predecir. Lo que ha resultado en muchas rabietas y lágrimas, no solamente de Jac sino también de la familia.
Estamos aprendiendo lentamente a disminuir y simplificar las celebraciones. Esta semana fue 4 de julio y en vez de batallas con las multitudes en los fuegos artificiales, los vimos por la televisión, lo que no me entusiasmó, pero, ¿sabes qué?, para Jac estuvo bien.
Cocinamos en nuestra casa, en su propio ambiente donde él se encontraba cómodo y tuvo un día mejor. Nos vestimos de rojo, blanco y azul, dimos un paseo y miramos todas las banderas americanas.
A medida que nos sentamos a comer, Jac se mantuvo mirando a su padre quien estaba comiendo elote. Habíamos desgranado el elote de Jac porque nunca pensamos que lo comería de otra manera. Al ver comer a su padre, me percaté de que él quería comerlo de la misma manera.
Después de orientarlo de cómo comerlo, Jac estaba muy orgullosos de sí mismo. Eso fue todo lo que él necesitó para hacer del 4 de julio un día feliz. Él logró algo que quería hacer: comer elote. Así que ahora, él es todo un chico Americano.
Y así, hemos aprendido a normalizar los días festivos.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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