16 de Agosto de 2017 | De: Shailen Singh
Categorías: Apoyo para la familia
Hubo un tiempo en el que mi hijo dependía de mi para todo. Yo estaba con él en todas partes. Pero ahora pasa la mayor parte del tiempo en la escuela y yo tengo que sentirme confiada de que esté siendo tratado bien (que sí lo está, por supuesto). A medida que siga creciendo va a pasar más tiempo solo, sin que yo tenga la habilidad de influenciar a la gente alrededor de él y eso me asusta mucho.
El bullying o el acoso escolar es una realidad cruel que como padres de niños con discapacidad tenemos que afrontar.
Las estadísticas demuestran que individuos con discapacidad son 2.5 veces más propensas a experimentar algún tipo de bullying o acoso escolar que cualquier otra persona. Es un mundo duro y por más que queramos confiar en él para que trate bien a nuestros niños, hay una probabilidad de que algo malo les pueda pasar.
Quisiera tener una varita mágica para hacer desaparecer todo eso. Quisiera tener alguna forma de poder garantizar su seguridad, pero no puedo y esto me frustra. ¿Qué no debería de poder hacerlo ya que él depende de mí casi para todo?
Eso solo existe en mis sueños, pero no todo está perdido. Creo realmente que hay ciertas cosas que podemos hacer para ayudar a nuestros hijos a que se protejan, así como enseñar a otros a que los cuiden.
Algunas cosas que se me vienen a la mente son:
1. Conoce a las personas con las que tu hijo interactúa. Ya sea la maestra, estudiantes, padres o terapeutas. Necesitas estar preparado para tener conversaciones muy serias con todos ellos. Conócelos bien y exprésales tus preocupaciones cada vez que las tengas.
2. Ten una buena estrategia acerca de donde le permites a tu hijo expresar su necesidad de ser libre. Asegúrate que se esté poniendo en situaciones donde existe alguien quien pueda abogar por ellos en caso de que no puedan hacerlo por si mismos.
3. Calma tu mente. Muy dentro de mí sabía que mi hijo no tendría ningún problema abordando el camión escolar. Aun así, me ponía nerviosa el que no fuera yo la que lo llevara y recogiera de la escuela. Una de las formas que me ayudaron a calmarme fue echándole un IPhone en la mochila, de esta manera podía monitorear en donde se encontraba en todo momento. Veía a la hora que llegaba a la escuela, cuando salía de la escuela y cuando llegaba a la casa. Cuando crezca más ya no podré hacer esto, pero por ahora necesito saber en dónde está a todas horas.
Estas son solo unas de las cosas que se me vienen a la cabeza, pero estoy segura que hay muchas más que son muy efectivas. El temor al bullying no es solo mío y es algo que seguiré trabajando para crear estructuras que protejan a mi hijo lo más que se pueda.
Aprenda más acerca del bullying, qué es y cómo puede ayudar a proteger a su hijo.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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