30 de Octubre de 2018 | De: Sharon Brown
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud, Apoyo para la familia
La vida algunas veces te juega bromas. Vivo en una ciudad pequeña. Tengo una niña que tiene problemas médicos complejos. Tengo que manejar a otra ciudad para llevarla al doctor porque ahí es donde se encuentra el hospital de niños más cercano. Todos sus especialistas están en ese hospital.
La otra noche tuve una gran lección de empatía. Conocí más en detalle sobre las comunidades unidas y como la misma experiencia puede ser diferente para cada familia. Yo soy parte de esa comunidad. Somos familias que tienen niños con discapacidades.
La otra noche salí a cenar con otras mamás que también tienen niños con discapacidades. Antes de eso, llevé a mi hijo a un nuevo especialista con el que tuvimos una mala experiencia. No me gustó nada el doctor. De hecho, me sentí juzgada por él. Sentí que no había ningún beneficio de seguir viendo a ese doctor.
Así que mientras cenábamos, me desahogué con mis amigas y se me salió el nombre del doctor. Usualmente trato de no mencionar nombres cuando estoy en público. Y aunque cometí un error, terminé aprendiendo mucho de lo que pasó.
La calificación de mi familia para este doctor era cero y era todo lo que podía ver. Una de mis amigas escuchó el nombre del doctor y se le iluminó la cara. Al contarnos su historia se le notaba muy emocionada.
Nos explicó que mientras ningún otro doctor escuchaba sus preocupaciones, este doctor si lo hacía. Y porque el doctor puso atención, pudieron detectar una peligrosa enfermedad a tiempo. Si hubiera seguido sin tratamiento, su hijo hubiera muerto. Así que para su familia este doctor era un héroe.
Ese día aprendí una gran lección. Algunos doctores pueden ser unos villanos para una familia mientras que para otra puede ser su héroe. Ahora estoy más al tanto de los sentimientos de las otras personas. Sólo porque ese doctor no fue el adecuado para nosotros, no lo convierte en un mal doctor; simplemente no es el adecuado para nuestra familia.
Muchas veces un doctor no “encaja” con una familia por la forma que tienen de comunicarse. Explicarle a un doctor cómo quieres que se comunique contigo y saber cómo hablar con tu doctor es muy útil. También puedes investigar más acerca del modelo de hogar médico para tu hijo.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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