29 de Noviembre de 2017 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
Hoy noté en el consultorio del doctor que mi hijo, quien podía esconderse debajo del lavabo del cuarto de examinación, ahora es muy grande para caber ahí abajo. Muy pronto será demasiado grande y los pies le quedaran colgando fuera de la camilla. Mi hijo de 15 años se está creciendo tanto que apenas puedo ponerlo de pie.
Por su puesto estamos en un desfase en el tiempo, estoy segura que muchos padres se encuentran en la misma situación. Él tiene 15 años, aún está aprendiendo a ir al baño por sí mismo y continúa disfrutando de las películas de dibujos animados de Disney. Pero a él le está comenzando a gustar la música popular y tiene gustos particulares en cuanto a la ropa. El adora sus pantalones de mezclilla y los lentes de sol de moda –los cuales hacen lucir su atuendo completo. Él ve las películas musicales en el canal de Disney e intenta copiar los movimientos mientras se mira de cerca en el espejo.
Pero la pubertad también ha traído tirones de puertas, berrinches más largos y momentos en los cuales no puedo entender si le estoy hablando a un adolescente, a un niño o a un prescolar. Continúo confundida.
Pienso que la primera cosa que debe hacerse es mantener la calma. El razonar con él claramente parece no ser la respuesta correcta la mayoría del tiempo. El ignorar sus comportamientos en un ambiente seguro hasta que se calme es una opción que está empezando a funcionar. Luego podemos discutir lo ocurrido y cuáles son las mejores maneras de comportarse en el futuro.
Mi esposo y yo solamente sonreímos el uno al otro cuando pensamos acerca de días de silencio, pero luego recordamos que estos incluían charlas mínimas y poco contacto personal. Por lo tanto, estoy muy agradecida por el progreso que hemos obtenido en el habla y la comunicación en este mundo de autismo.
Sí, mi hijo de 15 años continúa creciendo como la yerba, pero siempre será mi pequeño. Por cierto, si nunca has escuchado la canción de Barry Manilow “I am your child”, necesitas escucharla, con una caja de pañuelos alrededor tuyo.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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