Lograr que el comportamiento de tu hijo mejore, cualquiera que éste sea, empieza con saber que puede cambiar si tiene el conocimiento y apoyo adecuados. El paso primordial, y el primero que deben dar los padres de niños con discapacidad, es entender porque los problemas de comportamiento están sucediendo desde que empezaron.
Consulta nuestra página sobre cómo manejar los problemas de comportamiento de tu hijo con discapacidad para ver más consejos y estrategias.
Los berrinches para muchos niños con discapacidad, son una manera de dar a entender que se sienten frustrados con su mundo. Quizás no pueden comunicarse con otros de la manera que quieren o no procesan toda la información que llega a ellos. Para los niños con problemas sensoriales, los estímulos comunes causados al ver, oír, oler o tocar algo, son en sí casi dolorosos y por lo tanto crean una reacción en su comportamiento. Hay algunos cambios que puedes hacer en casa para disminuir el caos, empoderar a tu hijo y proveerle a tu familia una vida más tranquila.
Ve nuestra página sobre cómo Manejar los problemas de comportamiento de tu hijo con discapacidad para conseguir sugerencias y estrategias que puedes seguir.
Tú conoces a tu hijo mejor que nadie, así que probablemente sabes cuándo no está actuando como sí mismo y necesita ayuda. Es sumamente importante que actúes. Empieza por hablar con tu hijo sobre lo que has notado en él y te preocupa. O encuentra un consejero u otro profesional en salud mental que pueda hablar con él.
Ve nuestra página Cuándo se debe conseguir ayuda para niños con problemas de salud mental para ver algunas de las señales y síntomas a los que debes prestar atención.
La Ley para Estadounidenses con Discapacidades (ADA por sus siglas en inglés) cubre “un deterioro físico o mental que limita sustancialmente una o más actividades principales de un individuo”. Esto incluye protección para personas que padecen una condición de salud mental en las áreas de empleo, educación y servicios gubernamentales.
Visita nuestra página sobre La educación y las escuelas para informarte sobre los derechos que tiene tu hijo en su educación y consulta la página de las agencias y servicios estatales para mayor información sobre los servicios que ofrecen. La página Los derechos de tu hijo de recibir servicios de salud mental tiene más datos sobre los derechos que tiene tu hijo.
Empieza por hablar con el médico regular de tu hijo. O busca y llama a tu Autoridad local de salud mental. También puedes llamar al 2-1-1 o visitar el sitio Web de 2-1-1 (sólo en inglés) para encontrar a la autoridad local de salud mental cerca de ti.
Además puedes visitar nuestra página Encontrar recursos de salud mental para niños para enterarte sobre las personas, programas y lugares que otros padres de familia y profesionales dicen son muy útiles.
Antes que tu hijo empiece a tomar medicamentos psiquiátricos, investiga bien. Lee información sobre el medicamento. Tal vez quieras consultar con el farmacéutico. Habla con el médico sobre la información que averiguaste durante tu investigación y pregúntale sobre cualquier duda que tengas. Nuestra página Medicamentos psiquiátricos para niños: cómo las familias toman una decisión te ayudará a empezar a investigar.
A veces la respuesta a esta pregunta es obvia. Otras veces, no es obvia, o la respuesta cambia conforme crece tu hijo, llega a diferentes etapas de su desarrollo y sus necesidades de salud mental cambian. Y en algunas ocasiones a las condiciones de salud mental no se les da medicamento en el tratamiento.
Ve nuestra página Medicamentos psiquiátricos para niños: cómo las familias toman una decisión para ver algunas preguntas que puedes hacerte a ti misma y preguntarle al médico de tu hijo.
Si tu hijo tiene necesidades complejas para las cuales recibe servicios de más de una agencia estatal, puedes buscar y llamar al Community Resource Coordination Group (Grupo de coordinación de recursos comunitarios (CRCG por sus siglas en inglés) sólo en inglés. Ellos pueden realizar una reunión para ayudarte a preparar un plan de salud mental para tu hijo, el cual tal vez incluya programas de diversas agencias estatales, grupos comunitarios y proveedores de salud mental.
Ve nuestra página Encontrar recursos de salud mental para niños donde hay más ideas.
Una crisis de salud mental se define formalmente como un momento en el que un niño está en riesgo inminente de lastimarse a sí mismo o de lastimar a alguien más. (Inminente significa que lo más seguro es que algo suceda ahora o muy pronto). Una crisis también es un momento en el que tú u otros adultos en dicha situación no pueden ayudar a tu hijo con su comportamiento y necesitan ayuda para poder tranquilizar las cosas.
Llama a la línea de emergencia 9-1-1 si sientes que tu hijo está pasando por una crisis extrema, si necesita servicios de emergencia inmediatos o si te preocupa la seguridad de alguien más. Cuando llames a la línea 9-1-1, explícale a la operadora que tu hijo está pasando por una crisis de salud mental y pide que despachen al miembro del personal de auxilio capacitado en problemas de salud mental. Es más probable que el personal de auxilio de la línea que acuda al llamar al 9-1-1 lleve a tu hijo a un hospital en lugar de ayudarte a manejar la crisis de tu hijo en la casa.
Si la crisis no es así de extremada, llama primero a la línea local para crisis de salud mental y pregunta qué debes hacer. Puedes encontrar el número de teléfono en la lista de líneas directas locales para salud mental. O también puedes llamar al 2-1-1 y pedir el número de la línea directa local para crisis de salud mental de dónde te encuentras.
Si tu hijo tiene una discapacidad o necesidad especial de salud, trauma médico es un asunto que debes considerar. El trauma médico tal vez suceda después de una enfermedad grave, una cirugía, un tratamiento médico o estar internado en un hospital. Muchos niños batallan con manejar el estrés que resulta de estas experiencias, especialmente si estuvieron en la unidad de cuidados intensivos (ICU por sus siglas en inglés) o cuidados intensivos neonatales (NICU por sus siglas en inglés) o si han tenido que estar dentro y fuera del hospital frecuentemente. Mientras te encuentres ayudando a que sane el cuerpo de tu hijo, no olvides que su mente y espíritu también tienen que sanar.
Un trauma puede ser algo que sucede una o varias veces. Es algo que causa temor, algo peligroso o violento que le sucede directamente a un niño (o cualquier otra persona). O algo que le sucede a alguien más, especialmente un ser querido, de lo cual es testigo. No todos los eventos que causan temor, que son peligrosos o violentos resultan en un trauma. El trauma incluye situaciones en las que niños temen por su vida, en las que creen que ellos o alguien más resultarán herido seriamente, en las que se sienten sumamente amenazados o en las que se viola su persona. Todos sobrellevamos estos eventos traumáticos de manera diferente.
A veces la reacción de un niño al trauma no pasará de inmediato o quizás aparente ser semejante a otros comportamientos difíciles. Los niños que han vivido traumas múltiples o complejos, quizás desarrollen en sí una condición de salud mental semejante al trastorno por estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés), depresión o ansiedad. Sin embargo, no muchos niños desarrollarán este tipo de condiciones.
Hay un método de atención para trauma llamado “atención informada de traumatismos”. Los programas médicos, educativos, de salud mental y de servicio social lo usan para asegurarse que cualquier persona que recibe cuidado no quede traumatizada (o aún más traumatizada) durante el proceso del tratamiento. Esto quiere decir que los profesionales en los programas, los servicios y el tratamiento de tu hijo saben sobre trauma. Saben cómo reconocer los efectos de un trauma y cómo responder de la manera correcta. Todos, desde la recepcionista, el médico y hasta el personal de mantenimiento del consultorio, forman parte del mismo equipo que busca prevenir y curar el trauma. No todos los programas están completamente actualizados sobre la “atención informada de traumatismos”, pero definitivamente es algo que puedes indagar o puedes buscar.
Hay tantos sistemas y profesionistas involucrados en el proceso, que las cosas quizás sean complicadas o confusas. Seguramente a lo largo del camino habrá tropiezos y bloqueos. No todos entienden lo que son las necesidades de salud mental, ni las toman en cuenta tal cual como son, pero hay maneras en las que tú puedes ayudar a otros a conocer y entender las necesidades de tu hijo. Encuentra más información en la página Los derechos de tu hijo de recibir servicios de salud mental.