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Los trastornos alimentarios son condiciones de salud mental en las que un niño, adolescente o adulto controla lo que come debido a preocupaciones o creencias sobre su talla, peso o forma del cuerpo. O no come lo suficiente o come en exceso. Una persona puede tener una condición de salud mental, como un trastorno alimentario. O puede tener una condición mental y otras discapacidades, diagnósticos o necesidades especiales de atención médica.
Esta página trata sobre los problemas graves para comer que provocan riesgos a la salud y que un profesional podría diagnosticar como un trastorno alimentario. Tenemos otra página sobre los problemas para comer a los que se enfrentan muchos padres de niños con discapacidades, como por ejemplo que un niño solo coma ciertos alimentos o texturas o colores de alimentos, que tenga medicamentos que le impidan comer, que tenga sondas gástricas o de alimentación y mucho más.
Si crees que tu hijo pueda tener un trastorno alimentario, es conveniente que hables con un profesional de la salud mental para que te ayude.
Los trastornos alimentarios son problemas en la forma en que una persona come o se relaciona con la comida y su cuerpo. Es posible que tu hijo pase gran parte del día enfocado en comer, en la comida, en hacer ejercicio o en otras cosas relacionadas con esto.
Algunos trastornos alimentarios comunes son:
El AFRID es más común en niños con autismo o con un trastorno intelectual o del desarrollo (IDD). Para obtener más consejos sobre cómo ayudar a los niños con problemas sensoriales o temores en torno a la alimentación, visita la página Problemas para comer. Y la página sobre Cómo afrontar el diagnóstico doble de IDD (discapacidad intelectual o del desarrollo) y enfermedad.
Además, los niños con otros problemas de salud mental, como la depresión, pueden no querer comer, lo que puede causar problemas de salud.
Si te preocupa la alimentación y la salud mental de tu hijo, es conveniente que empieces por hablar con su médico o profesional de la salud mental. Psycom (en inglés) tiene una lista rápida de las señales y los síntomas iniciales de los trastornos alimentarios, y la Asociación Nacional de Trastornos Alimentarios tiene listas más largas de señales y síntomas de advertencia. (en inglés)
Estas señales incluyen:
Los síntomas de los trastornos alimentarios pueden ser muy variados. Y ninguno de estos síntomas por sí solo es un trastorno alimentario. Es importante buscar la ayuda de un profesional.
Muchos padres de niños con un trastorno alimentario dicen haber notado un cambio real en el comportamiento, el estado de ánimo o las creencias de sus hijos relacionadas con la comida o con su cuerpo. Este cambio puede ocurrir rápidamente o con el tiempo. Un médico puede ayudar a una familia a entender cómo crece y se desarrolla tu hijo. Y otros profesionales, como los consejeros o los terapeutas, pueden ayudar al niño y a su familia a entender si existe un trastorno alimentario, cómo funciona y cómo puede empezar a curarse.
En el caso de los trastornos alimentarios, y de cualquier otro trastorno mental, un profesional, como un terapeuta, verá a tu hijo y le dará un diagnóstico. Hay profesionales y programas especiales para trastornos alimentarios u hospitales que ayudan a tratar los trastornos alimentarios en los niños. Los programas pueden incluir consejeros, nutricionistas, dietistas, médicos y otro tipo de terapeutas que pueden trabajar juntos para ayudar a tu hijo. Normalmente, la terapia familiar forma parte del tratamiento de un trastorno alimentario. Obtén más información de la Society of Clinical Child and Adolescent Psychology. (en inglés)
Aquí hay algunas cosas que los padres deben tener en cuenta:
Si tu hijo está perdiendo o ganando mucho peso y parece tener fuertes preocupaciones alimentarias o comportamientos que te preocupan, es una buena idea buscar ayuda. Consulta nuestra página sobre Cómo encontrar recursos para la salud mental como punto de partida.