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Una sabe cuándo nuestro hijo de edad pre-adolescente o adolescente está teniendo problemas emocionales o de comportamiento.
Quizá nuestro hijo se está metiendo en problemas en la escuela más seguido. O está experimentando con drogas o bebidas alcohólicas. A lo mejor lo acaban de diagnosticar de padecer problemas de salud mental y no sabe lo que esto significa o cómo lidiar con ello. O tal vez se siente frustrado porque hay ciertas cosas que no puede hacer por lo que está enojado o actuando violentamente.
A ti te preocupa que esto se convierta en algo más grave.
No todos los casos de comportamiento peligroso que tenga tu hijo resultarán en que tenga problemas con la ley o que termine en el sistema de justicia juvenil. Pero si estás preocupada, lo mejor es actuar y conseguir que lo ayuden, ya sea que lo ayude un consejero o un terapeuta, su escuela o un grupo de apoyo para jóvenes (a veces se refieren a estos programas como “programas para jóvenes en situaciones de alto riesgo” o “programas de prevención de la delincuencia juvenil”).
Si consigues ayuda lo antes posible, puedes evitar que tenga problemas legales mayores más adelante y que tu familia pase por problemas emocionales. Si tu hijo tiene discapacidad de aprendizaje, hacerlo a tiempo es aún más importante, ya que a lo mejor no entiende bien los riesgos que corre con ese comportamiento. Un consejero o un grupo de apoyo en la comunidad pueden ayudarlo a entender los riesgos y así prevenir que tenga problemas.
Es de esperarse que los pre-adolescentes y adolescentes se comporten de una manera difícil de manejar y en la cual desatan sus emociones. A esta edad tienden a ser menos respetuosos o tener estados de ánimo más intensos por el cambio hormonal por el que están pasando y el deseo de ser más independientes. En nuestra página sobre los adolescentes hay más información sobre lo que se puede esperar en esta edad.
Sin embargo, hay momentos en que los problemas emocionales y de comportamiento son mayores de lo que se ve durante el desarrollo típico de los pre-adolescentes y adolescentes. Las razones por las cuales actúa así varían y son diferentes, quizás tu hijo está sobrepasando una experiencia traumática, está buscando que otros lo acepten, tratando de sobrellevar su discapacidad o simplemente está aburrido. Puede deberse a un sinfín de razones.
A pesar de que tenemos una lista más extensa de indicadores sobre cuándo se debe buscar ayuda para la salud mental de los niños, debes saber que hay ciertos tipos de “comportamiento peligroso” que pueden causar que tu hijo tenga problemas con la ley, por lo tanto debes estar pendiente.
Estos tipos de comportamiento incluyen:
Estas son señales de alerta y no todas significan que tu hijo va a tener problemas con la ley, pero si te preocupan, debes actuar.
Si los problemas se están presentando en la escuela, necesitas empezar a colaborar con ésta lo antes posible para conseguir la protección que necesita tu hijo. A lo mejor necesita servicios de educación especial o adaptaciones 504 nuevos o diferentes, y conseguirlos pronto es importante ya que pueden marcar la diferencia. También pueden ayudar a tu hijo a encontrar cosas nuevas que le interesen y conocer amistades nuevas en programas comunitarios o escolares que le brinden apoyo adicional.
Estas son algunas sugerencias que recopilamos de otros padres de familia y profesionales en este campo:
A veces hablar abiertamente con tu hijo y ayudarlo a encontrar amigos y actividades que le interesen puede hacer que estas etapas difíciles de la pre-adolescencia y adolescencia le ayuden a sobrepasarlas. Ya sea que se una a un equipo deportivo, a un programa de música, un grupo religioso o a uno de los grupos que hay en la comunidad que mencionamos en esta página. Pero a lo mejor necesita más ayuda, la de un consejero de familia u otro servicios de apoyo para la salud mental.
Hay muchos programas, servicios y recursos de apoyo en la comunidad que pueden ayudar a jóvenes que están enfrentando momentos difíciles. Estos incluyen: