Cuando eres la madre de un niño con discapacidad o necesidades especiales de salud, pasas mucho tiempo pensando en aquellas cosas que se necesitan atender: la comida, su ropa, las citas con el médico, su terapia y hasta su rutina diaria de cuidado personal.
Hacer que tu hijo te ayude en las cosas importantes (o hasta las cosas pequeñas de cada día) no es fácil. Algunos días es difícil hacer que tu hijo siquiera levante sus calcetas o su camisa del piso, y aún más difícil que te ayude con las decisiones médicas. Si entiendes qué es lo que quiere y necesita tu hijo, harás que todo fluya mejor y a tu hijo le ayudará a sentirse menos tenso o en conflicto.
El pensar de manera centrada en la persona es una forma de hacer las cosas que son importantes en la vida de tu hijo de tal manera que funcionen para él. Se puede pensar de esta manera al seleccionar tratamientos médicos, al tomar decisiones en su escuela, al establecer una rutina de cuidados o hasta al buscar una actividad que le guste.
Generalmente cuando empiezas a usar este proceso y a pensar de manera centrada en la persona, también estarás participando en crear un plan centrado en la persona. Pero los mejores planes centrados en la persona son aquellos en los que se empieza por pensar de manera centrada en la persona.
Pensar de manera centrada en la persona, pone las necesidades de tu hijo en primera plana al tratarse de la toma de decisiones o los planes que lo afectan. Es una manera de apoyar a tu hijo para que tenga el mayor poder posible de decidir por sí mismo. A esto se le llama auto-determinación.
El pensar de manera centrada en la persona incluye tres partes:
Las cosas que son importantes PARA tu hijo son las que lo hacen sentirse feliz y realizado en su vida. Algunas de estas cosas pueden ser:
Las cosas que son importantes PARA EL BIENESTAR de tu hijo porque lo mantienen feliz y seguro. Estos son algunos ejemplos:
Muchas veces, cuando tu hijo empieza a tener un mal comportamiento o se rehúsa a hacer algo importante, esto significa que “esa cosa que es importante para tu hijo” y “esa cosa que es importante para el bienestar de tu hijo” están desequilibrados.
Por ejemplo, tal vez tu hijo simplemente no quiere comer verduras. Tú sabes que es importante que coma comida saludable. Sin embargo, para él quizás es más importante evitar comer comida que tenga una textura como la de las verduras. A lo mejor le provoca el vómito o le causa una reacción en algún otro sentido. Pero tratar de forzarlo puede causar un conflicto y el ceder a lo que quiere quizás no lo mantenga saludable.
Cuando estás tratando de balancear “esa cosa que es importante para tu hijo” y “esa cosa que es importante para el bienestar de tu hijo” tienes ciertas opciones. Tal vez puedes darle a tu hijo suplementos para compensar por los nutrientes que no está comiendo, quizás puedes cambiar la manera en que cocinas las verduras para que tu hijo tolere el sabor o la textura, a lo mejor puedes dejar que tu hijo se prepare sus propias verduras de la manera en que le gustan o tal vez tu hijo puede trabajar con un terapeuta ocupacional, terapeuta del habla u otro profesional para desarrollar un plan para que coma más cosas.
Todos estos métodos equilibran “esa cosa que es importante para tu hijo” y “esa cosa que es importante para el bienestar de tu hijo”.
Quizás averiguar qué cosas son importantes para tu hijo sea fácil para ti. A lo mejor le gusta jugar con los animales, quizás le gusta mucho dibujar o parece que estar con la familia es lo que lo hace más feliz.
No siempre es fácil averiguar todo aquello que tu hijo considera es importante para él. Tal vez no te lo puede explicar con palabras, pero te lo da a entender con su comportamiento.
Cuando se trata de niños que no hablan, su comportamiento quizás sea la única manera que tienen de decirte que algo está mal. Y muchos niños que sí hablan tal vez se alteren más y no sepan por qué.
Hay unos ejercicios que puedes hacer para averiguar que es lo que tu hijo considera importante.
Uno de estos ejercicios se llama Good Day/Bad Day (Un buen día/un día malo) en inglés.
Después de que ha tenido un buen día, pregúntate a ti misma:
Después de que ha tenido un día malo, pregúntate a ti misma:
También puedes preguntarle a tu hijo por qué tuvo un buen día o un día malo, para así entender mejor su punto de vista. Las respuestas a estas preguntas te darán muchas pistas acerca de lo que es importante para tu hijo.
Por ejemplo, si tu hijo tiene un buen día en la escuela los días que le toca ir a la clase de gimnasia o a la clase de música, pero no le va bien en los días que tiene clase de arte, entonces debes analizar esto. A lo mejor decides indagar y al hacerlo averiguas que en la clase de música puede bailar y que en la clase de gimnasia puede moverse mucho, pero que en la clase de arte tiene que estar quieto mucho tiempo. Las respuestas quizás te enseñen cuán importante es para tu hijo el poder estar activo.
Puedes ver nuestro blog sobre usar y entender el apoyo de comportamiento positivo para conseguir más consejos sobre la manera de descifrar y entender lo que te está diciendo tu hijo con su comportamiento.
Cuando estás tratando de entender lo que es importante para tu hijo, lo que es importante para su bienestar y qué te está diciendo su comportamiento, estás pensando de manera centrada en la persona.
También hay algunas herramientas para apoyar a tu hijo que quizás puedas crear al pensar de manera centrada en la persona.
El pensar de manera centrada en la persona quizás sea una nueva manera para ti de ver las cosas en la vida de tu hijo. Es una herramienta importante cuando se trata de mantenerlo feliz y seguro. Con solo tomarte un poco de tiempo en hacer ejercicios centrados en la persona y aprender de estos lo que es importante para tu hijo y lo que es importante para el bienestar de tu hijo, podrás ayudarlo con sus planes de cuidado, decisiones sobre empleo, las decisiones en la escuela y más.
Estos son algunos lugares donde puedes aprender más sobre pensar de manera centrada en la persona: