December 7, 2016 | De: Sharon Brown
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud
En nuestra casa tenemos tres niños, y sus hábitos de alimentación son muy diferentes. Los tres tienen discapacidad y los tres tienen su propio estilo de alimentación.
Nuestro hijo mayor es muy bueno para comer. A él le gusta probar de todo. Él es un atleta y tiene que tener mucho cuidado porque tiene una tendencia a comer de más.
Nuestro hijo menor come bien, pero jamás prueba nada nuevo. Él come, pero nada más ciertas cosas.
La mediana tiene el mayor reto alimenticio. A ella le gusta comer, pero puede ser muy peligroso, pues nació con disfagia. Disfagia es el termino médico que se usa cuando se tiene dificultad para tragar.
Mi hija ha aprendido los movimientos necesarios para comer comidas sólidas, pero tiene fatiga y tono muscular débil en boca y garganta, lo que lo hace muy difícil. Sus horas de comida usualmente empiezan muy bien, pero todo se puede ir mal muy rápidamente. Se recomiendan terapias de habla y de alimentación, pero también se pueden hacer modificaciones en casa las cuales serían de mucha ayuda.
Una de las modificaciones que más ayudan es asegurarse que las comidas sean cortas y que acaben antes de que la fatiga se presente por completo. Esto funciona más cuando haces pequeñas comidas en el día e incluyes botanas entre cada una. Esto le ayuda al niño a tomar fuerzas entre comidas y recuperarse para la siguiente.
Le hemos agregado una bebida pediátrica a su dieta la cual tiene más calorías y vitaminas que la leche regular. Definitivamente con esto nos aseguramos que su consumo de calorías esté donde debe de estar. Ella todavía usa el vasito con tapa y popote. Puede usar un vaso abierto, pero el popote le ayuda a manejar mejor los líquidos que toma.
También usamos mucho “lubricante para comida”. Este es el nombre que le damos a los condimentos. Agregar cátsup o mayonesa a su comida hace mucho más fácil que ella la pueda tragar. Sin “lubricante de comida” la comía se puede atorar en su garganta cuando la está tragando. Esto es muy peligroso y puede provocar que se ahogue. Otra modificación muy buena es cortar su comida en pedazos pequeños, esto también es para evitar un atragantamiento.
A mi hija le encanta comer y yo quiero ayudarla a que sea completamente capaz de hacerlo. Cambios simples a la comida de tu hijo y a la rutina puede convertirlos en personas más sanas para comer durante toda su vida.
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“¿Qué le pasa a tu hijo?” son las palabras más difíciles de escuchar. Encontrar un diagnóstico para tu hijo es un paso en la dirección correcta. Enfrentarse a los diversos retos a los que se enfrentará tu hijo puede ser abrumador. Sigue dando la cara y afrontando los retos.
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