18 de Enero de 2017 | De: DeAnna Medart
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud, Apoyo para la familia
Tenemos un niño de 5 años quien esta diagnosticado con desorden de procesamiento sensorial, autismo y trastorno negativo desafiante –en ese orden. Ahora tenemos otras letras para agregarle a esa mezcla: ADD. El doctor nos ha asegurado que todos estos van de la mano y que son muy similares. Nos dio una receta y nos dijo que regresáramos en un par de semanas.
¿Ahora qué?
Lo que quiero decir es que obviamente esto no es una sorpresa. Después de todo, yo hice la cita para discutir la posibilidad. Pero el hecho real de medicar a nuestro hijo de 5 años me hizo que me detuviera realmente a pensarlo.
¿Fue este diagnóstico causa de que soy una mala o ineficiente madre? ¿Es porque nuestro matrimonio está bajo presión? ¿Será porque ve mucha televisión, no quiere comer frutas y verduras o lo cambiamos de una casa a un departamento hace un año y medio?
¡NO, NO, NO y NO!
Su doctor nos aseguró que ya hemos hecho todo lo que nos recomendó que tratáramos antes de medicarlo, ejemplos terapia ocupacional, terapia cognitiva, jugar en el exterior, dormir suficiente y caminar etc. Dice que ya es tiempo de agregar algo a la mezcla para ayudarlo. Y yo sé que tiene razón.
Hemos visto su autoestima desplomarse, lesionarse más seguido –incluyendo un brazo roto- y el reto que le representa estar enfocado para completar la más mínima tarea en la escuela. Todo es muy obvio. Es muy doloroso saber que está tratando y que a los cinco años ya sienta que está fracasando.
¿Si es difícil para nosotros verlo, que tan difícil será para él experimentarlo? ¿La frustración? ¿La tristeza? ¿El enojo?
¡Si el tomarse una pequeña pastilla va a ayudar a mi hijo, hagámoslo!
Todos los críticos, incluyendo mi voz interna que dicen que es toda mi culpa, necesitan guardar silencio. Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo, usando los mejores recursos y amando a nuestro hijo.
Para más información entra al sitio web medicando a tu hijo bajo la sección El diagnóstico y el cuidado de salud.
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