August 10, 2016 | De: Colleen Horton, Hogg Foundation for Mental Health, The University of Texas at Austin
Al ser padres de niños con discapacidad o necesidades especiales de salud, a veces tenemos que aprender lecciones a la fuerza. Algunas veces esto significa darnos cuenta que lo que estamos haciendo no está ayudando a nuestro hijo o no está funcionando. Eso fue lo que le sucedió a mi familia. Los expertos aseguraban que su discapacidad intelectual y del desarrollo (IDD por sus siglas en inglés) era lo que estaba causando sus problemas de comportamiento y que no había sido el trauma que había sufrido el año previo. Después de ese trauma, empezó a padecer de depresión y de trastorno de estrés postraumático (PTSD por sus siglas en inglés). Sin embargo, en lugar de proveerle tratamiento para su salud mental y atención para el trauma, implementaron prácticas para el manejo del comportamiento para controlarla.
Eventualmente me di cuenta que tratar de manejar su comportamiento no era la solución. Eso tomo tiempo. Yo tuve que defender y abogar por ella (o sea dar mi opinión y pedir) para que se usara un método que tratara el trauma y la ayudara a fortalecer su autoestima, haciéndola sentirse apreciada y darle algo de control sobre su vida. Yo, soy una profesionista en el campo de la política concerniente a salud mental y sé que el sistema tiene fallas. Una de éstas es la falta de servicios de salud mental adecuados para niños y adultos que tienen IDD.
Espero que este artículo ayude e informe a los padres que tienen hijos con IDD sobre la salud mental, para que así puedan empezar a indagar y ver que son necesarios mejores servicios de salud mental. Somos los padres de estos niños, y desempeñamos un papel muy importante en disminuir la brecha que hay en el sistema para que nuestros hijos puedan vivir una vida más positiva y feliz.
Los niños con IDD también pueden tener condiciones de salud mental, y a menudo así es. Si tu hijo repentinamente tiene cambios en comportamiento, la causa quizás sea una condición de salud mental. Podemos ayudar a nuestros hijos a que empiecen a recuperarse si encontramos a profesionales que pueden reconocer los síntomas relacionados a la salud mental en niños que tienen IDD. Tener una discapacidad no previene que además de ésta, también tengan una condición de salud mental.
Así que estas son algunas de las cosas que debes considerar: ¿Qué sucede cuando un niño “típico” (aquel que no tiene IDD) es agresivo, está deprimido, aislado o demuestra mucha ansiedad? ¿Qué sucede cuando su comportamiento es difícil tanto para él como para las personas que lo cuidan? Generalmente los padres de familia, el personal escolar y quienes trabajan con el niño, son los que mandan pedir una evaluación de salud mental. Si es necesario que el niño reciba servicios de salud mental, lo pondrán en contacto con los servicios correspondientes para que mejore.
Sin embargo, ¿qué sucede cuando un niño con IDD tiene el mismo tipo de comportamiento? Usualmente llamamos a una especialista para que desarrolle un plan de intervención conductual. Nosotros tratamos de controlar aquellos “problemas de comportamientos” primero en lugar de considerar lo que necesitan en cuanto a salud mental. ¿Por qué las cosas son tan diferentes para nuestros hijos? No tienen que ser diferentes. Los niños con IDD necesitan tener acceso a tratamientos y servicios de salud mental como lo reciben los demás niños.
Sabemos que las personas que tienen IDD son víctimas de abuso, olvido, intimidación, aislamiento y otros tipos de traumas en un porcentaje mayor que otros niños de su edad que no tienen discapacidad. Los estudios demuestran que la gente con discapacidad padecen de condiciones de salud mental en una tasa que es 2 a 3 veces mayor que el resto de la gente. Sin embargo, a menudo los proveedores tienden a solo fijarse en la discapacidad y los padres de los niños no saben cómo indagar sobre salud mental.
Pienso que es hora de cambiar la situación por el bien de nuestros hijos, y yo no soy la única que piensa así. Hay muchos padres y profesionales que están trabajando para mejorar la situación, ya sea a través de instrucción, recursos nuevos y hacer que los escuchen. Por ejemplo, "El camino a la recuperación: Apoyando a niños con discapacidades intelectuales y del desarrollo” es un grupo de herramientas en la que colaboraron La Red Nacional para Estrés Traumático Infantil y la Hogg Foundation for Mental Health. Este es el primer grupo de herramientas como éste e incluye información útil para proveedores, cuidadores, educadores, así como cualquier persona que trabaja con niños con IDD.
Como padres, debemos cambiar la manera en que hablamos sobre los retos que enfrentan nuestros hijos y cambiar las expectativas que tenemos de los profesionales. Hablemos sobre la salud mental y bienestar de nuestros hijos, en lugar de concentrarnos en componer los “problemas de comportamiento” que tienen. Necesitamos exigir que se nos proporcionen buenas evaluaciones de salud mental, tratamientos y apoyo para los niños con IDD.
Espero que este artículo, la página web La salud mental en niños con discapacidad intelectual y del desarrollo, la página Salud mental y salud del comportamiento, así como muchos otros te ayuden a sentir que estás lista para indagar a fondo y considerar apoyo y servicios de salud mental si tu hijo los necesita.
Mi familia y yo vimos el daño que causa el sólo enfocarse en el comportamiento y no prestarle atención a los servicios disponibles para la salud mental y cuidados en caso de trauma. Espero que otros padres de familia empiecen a pensar en lo que necesitan sus hijos en cuestión de salud mental. Es momento de cambiar la manera en que proporcionamos apoyo a los niños con IDD, y a nosotros nos corresponde tomar el primer paso hacia un enfoque mayor en cuestiones de bienestar mental y recuperación.