6 de Noviembre de 2023 | De: Shailen Singh
Categorías: Apoyo para la familia
Hace poco mi familia fue invitada a celebrar la adopción de la hija de un amigo. El evento iba a ser largo, pero queríamos que nuestros hijos estuvieran presentes. Nos preguntábamos si nuestro hijo mediano sería capaz de aguantar sentado sin moverse durante un par de horas o si causaría algún disturbio durante la ceremonia.
La semana anterior al evento, me sentía nerviosa al pensar en ello. Mi inclinación natural es sacar a mi hijo de los ambientes en los que se siente frustrado o distraído para que se tranquilice. Sé que eso es injusto, pero así es como creo que hago lo mejor para atenderlo.
Fuimos a la ceremonia y yo estaba bastante angustiada. Entonces, resultó que mi hijo se comportó excelentemente. Se mostró atento. Estuvo parlanchín, pero nosotros le permitimos que haga eso. Permaneció sentado pacientemente, observando, y se comportó como un ángel. Al terminar la ceremonia, le chocamos las palmas y se rio mucho. Después, nos fuimos a casa.
La lección más importante que aprendí es que tengo que empezar a darle a mi hijo el beneficio de la duda cuando es necesario. Cuando lo mimo o lo tranquilizo, le estoy privando de vivir experiencias maravillosas que probablemente le encantaría vivir.
A él le gustó mucho estar allí mientras festejábamos a nuestros amigos. Como familia, estuvimos conectados en medio de un ambiente maravilloso. Me habría arrepentido mucho si no lo hubiera llevado con nosotros.
Igual que les digo a otros que deberían dar a mi hijo el beneficio de la duda, yo también tengo que hacer lo mismo. Necesito reconocer que él tiene todo el derecho de experimentar las cosas a su manera. Eso incluye que sea parlanchín y, a veces, hasta ruidoso.
Necesito centrarme en lo que significa la inclusión desde el punto de vista de los padres. La inclusión no consiste solo en que otras personas sean inclusivas con mi hijo. Consiste también en que yo sea inclusiva con él y le permita ser todo lo mejor que él pueda ser en cualquier contexto.
Cuando le damos el beneficio de la duda a alguien, estamos reconociendo que no lo sabemos todo sobre esa persona. Las personas son mucho más de lo que a nosotros nos parecen. Lo mismo ocurre con mi hijo, y por eso tengo que hacer con él un mejor trabajo.
La construcción de la independencia empieza desde muy pronto y continúa siempre.
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