15 de Noviembre de 2023 | De: Shailen Singh
Categorías: Apoyo para la familia
Tengo la suerte de tener una carrera y una profesión que me permiten trabajar desde casa. Desde la llegada del COVID-19, tuve que sentirme más cómodo intentando hacer mi trabajo desde el escritorio de mi casa.
El único problema para mí es que trabajar desde casa es especialmente difícil con niños, y más aún con un niño que requiere un nivel considerable de atención y cuidado. Para ser sincero, esto requiere mucha paciencia de mi parte.
Prefiero que mi vida esté dividida en compartimentos. Cuando estoy trabajando, estoy trabajando. Cuando estoy centrado en mis hijos, estoy centrado en mis hijos.
La verdad es que este tipo de situaciones no son fáciles para los padres de niños con discapacidades. Yo siempre estoy nervioso anticipando que mi hijo tenga un problema en la escuela que me obligue a recogerlo, o que haya algún otro tipo de emergencia relacionada con el seguro, el equipo o la terapia que requiera mi atención inmediata. Así que, por mucho que quiera compartimentar, no puedo.
Lo mismo ocurre en casa. Cuando mi hijo vuelve de la escuela, suelen quedarme aún un par de horas más de trabajo. Entonces, me concentro en la computadora mientras mi hijo está jugando en voz alta o tal vez expresando en voz alta algún nivel leve de frustración.
También miro constantemente el reloj. Sé que dispongo de cierto tiempo para hacer lo que debo antes de que empiecen las rutinas de la cena, el baño y la hora de acostarse. Al tener un hijo con autismo, nos apegamos estrictamente a esas rutinas. De lo contrario, todo se convierte en un caos.
Eso no quiere decir que todo sea negativo. Mi hijo se ha sentado en mi regazo mientras yo estaba en varias reuniones. Sinceramente, no hay mucho que pueda hacer para evitarlo, así que dejo que ocurra.
Mis compañeros de trabajo saben que mi identidad es, en primer lugar, la de padre/cuidador y, en segundo lugar, la de empleado. Aunque esas identidades entran en conflicto a diario, intento mantener ese orden de importancia. A veces, mis compañeros incluso planean tomando en cuenta las horas de recogida del autobús porque saben que no podré estar con ellos.
La gente dice: “No se puede tener todo”. Eso es a la vez verdadero y falso. Todo requiere un nivel de sacrificio, y nadie puede tenerlo todo. Es inevitable tener que asumir muchas cosas y asumirlas tendrá consecuencias en términos de ascender de puesto, oportunidades perdidas y plazos ocasionales que son imposibles de cumplir.
Es entonces cuando hay que identificar las prioridades. Yo soy cuidador primero y todo lo demás después. Mientras tenga éxito en un área, todo lo demás irá acomodándose adecuadamente, sea en lo que sea.
Conéctate con otros padres para obtener apoyo e ideas.
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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A veces, tenemos que hacernos a un lado y dejar que nuestros hijos sean todo lo mejor que puedan ser, incluso aunque tengamos nuestras dudas.
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