14 de Noviembre de 2023 | De: Cindi Paschall
Categorías: Apoyo para la familia
Durante los últimos 27 años, toda mi atención se centró en cuidar a los demás. Hace poco, recordé la cruda advertencia de que la vida es frágil al perder de forma inesperada a mi papá y, menos de dos meses después, también a mi mamá.
En vista de mi ausencia de autocuidado, en mi fuero interno seguramente pensaba que yo era invencible. Había descuidado mi salud y también el interés por las cosas que antes me encantaba hacer. Y me encontraba despierta a cualquier hora durante la noche para tener un “tiempo para mí”.
En una reciente visita al médico, me hicieron varias preguntas sobre mi salud, entre ellas cuánto tiempo iba a esperar para tomarme en serio mi propia salud. ¡Qué tal! Podrían haberme noqueado.
Después de algunos minutos, contesté: “A partir de ahora mismo, supongo”. La doctora se mostró satisfecha con mi respuesta y enumeró varios puntos de los que debía ocuparme, con sugerencias para mis próximos pasos.
En los últimos meses, he estado ocupada haciendo cosas para mí. Contraté a un entrenador personal para trabajar mi capacidad de fuerza, equilibrio y resistencia. He programado citas para mi chequeo médico de rutina (que llevaba años pendiente), para hacerme una mamografía y para que el dermatólogo me examine unos bultos de origen inexplicable.
En unos pocos meses tengo una cita para la revisión de mi salud digestiva y pienso acudir a ella también. Los objetivos a largo plazo son ahora mi prioridad.
También he vuelto a hacer cosas que me gusta hacer. Hace poco asistí a un partido de hockey, fui a cenar con una amiga a la que hacía tiempo que no veía y terminé de armar un rompecabezas y un proyecto de manualidades. Encuentro tiempo para tomar largas duchas y jugar juegos sin sentido en mi teléfono. También asisto a las reuniones de mi familia.
El resultado: Soy una persona más feliz y sana de lo que era cuando empecé este viaje.
Todavía me despierto durante la noche, pero he podido darme cuenta de que disfruto del silencio y del tiempo para reflexionar.
Si tú te has ido relegando a un segundo plano, te animo a que consideres tu propio bienestar. El autocuidado no es egoísta, no es necesario ganarlo. Recuerda que el autocuidado puede realizarse en todo momento y paso a paso. No tiene por qué ser algo programado. Aprovecha cualquier momento, por breve que pueda ser. ¡Tú lo mereces!
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
Categorías: Apoyo para la familia
A veces, tenemos que hacernos a un lado y dejar que nuestros hijos sean todo lo mejor que puedan ser, incluso aunque tengamos nuestras dudas.
Categorías: Apoyo para la familia