26 de Febrero de 2019 | De: DeAnna Medart
Categorías: Apoyo para la familia
Decidimos regresar a nuestro hijo a la escuela después de una temporada en la cual le estuvimos brindando clases en nuestra casa. Le está yendo muy bien. Tiene la maestra correcta, tiene reglas estrictas y mucha empatía.
También está en un ambiente en el cual valoran mucho el tiempo de juego fuera del salón. Está en una clase muy pequeña (13 niños) y en educación regular.
Después de todos los problemas que tuvimos en el pasado tengo que admitir que me sentía muy nerviosa de tratar esto de nuevo. Pero mi hijo necesitaba más de lo que yo le podía brindar en la casa.
Ahora ya se puede separar de mi sin tener una reacción traumática. En realidad, ya se va caminando solo hasta su salón. ¡Todo es posible!
Sabemos cómo manejar los retos. Pero de alguna forma manejar el éxito pareciera casi estresante.
Siempre estamos esperando retos nuevos. Así que no sabemos cómo confiar en que esta es nuestra nueva realidad. ¿Cómo confiar en que las terapias, medicamentos, acomodaciones, IEP y todas las decisiones que hemos tomado están funcionando? Y atreverme a decir, “está funcionando” para nosotros.
Me encuentro encantada pero aun esperando el momento de decir “pero…”. Pero el “pero” no ha llegado. Y si somos nuevos en esto, nunca habíamos experimentado el dejarlo en la escuela y no recibir una llamada o texto del maestro durante el día. ¿Es esto…libertad?
Me dice todos los días “no quiero ir a la escuela”. Lo que quiere decir que todavía tiene ansiedad, y lo sé, pero aun así lo llevo a la escuela. Él lo está logrando, y estamos muy orgullosos de verlo seguir adelante y hacer cosas nuevas. Él lideró su clase en un recital lo cual significa sentarse en frente de todo el grupo. Su maestro lo grabo y yo apenas lo podía creer.
¿Es este el mismo niño que se salía corriendo de clase el año pasado? ¡Sí, sí es! Me recuerda ese viejo dicho que dice “con paciencia todo se logra” es muy cierto. Seguimos intentando diferentes cosas para ayudarlo y también para descubrir que es lo que funciona y lo que no.
La esperanza es una cosa maravillosa. La sección de educación y escuelas ofrece más información de cómo la escuela correcta para tu hijo.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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