Encontrando su propia voz

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Mi hijo Wade lleva unos dos años utilizando un dispositivo generador de voz, pero aun así me sorprende que pueda hablar. Aunque su lenguaje no es perfecto, sabe expresarse. Siempre me alegra escucharlo iniciar una conversación y hacer preguntas. 

Tenemos una cachorrita de ocho meses llamada Emma, que está en entrenamiento para ser el perro de servicio de Wade. Cuando fuimos a la tienda de animales hace un par de semanas, Wade preguntó: “¿Qué necesita Emma?”, le sugerí que le comprara unos cuantos juguetes nuevos y él dijo: “elefante de juguete, ciervo de juguete”.

Cuando llegamos al pasillo de los juguetes, Wade dijo: “elefante”. Efectivamente, había un gran elefante azul de peluche. Y claro que tuve que comprarlo.

Cuando lo tomé, Wade dijo: “regazo”. Así que lo puse bajo el cinturón de su silla de ruedas.

Es muy emocionante salir de compras con Wade. Puede decirme a qué pasillo quiere entrar y cuándo detenerme. Me pide que vea lo que le interesa. ¡Me encanta! Aunque puede llegar a ser difícil, me alegra poder saber lo que le gusta. El dispositivo generador de voz nos ha cambiado la vida.

Cuando llegamos a la caja, puse todo lo que iba a comprar en la banda. Platiqué brevemente con la cajera y pagué. Tomé la silla de Wade y lo empecé a empujar y entonces él dijo: “elefante”. Se me olvidó que lo había puesto en su regazo.

Wade sabía que no lo habíamos pagado y lo dijo. De esta manera evitó que nos saliéramos sin pagarlo. Esta es otra de las razones por las que me alegro de que Wade haya encontrado cómo expresarse.

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