January 26, 2018 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
Cuando mi primer hijo era pequeño, a menudo sentía que no tenía tiempo para las cosas simples –como tomar un baño, comer con amigas, descansar los fines de semana y otras cosas que ahora parecen lujos.
Con nuestro segundo hijo, quien tiene autismo y epilepsia, no solamente no tengo tiempo para las cosas sencillas, ni siquiera tengo tiempo para las cosas necesarias.
El sentarte a comer mientras estas constantemente intentando asegurarte que tu hijo, quien nunca se quiere sentar a comer, coma es una de gran prioridad. Desde hace mucho tiempo he reemplazado una buena ducha caliente o un baño de espuma por meter a la regadera a un adolescente que inunda el baño.
El intentar al máximo que tu hijo finalmente aprenda el significado de hacer popo en el inodoro, en vez de en sus pantalones, es un gran logro. Mi esposo ha dicho por años que, si pudiéramos quitarle los pañales a nuestro hijo, la vida sería perfecta. Ahora escuchamos las palabras, “Me hice popo” lo que significa, no me he hecho todavía pero pronto. Así que mamá y papá, literalmente dejen todo lo que estén haciendo para correr a llevar al niño al baño. A lo cual tengo el orgullo de compartir que alcanzamos a llegar a tiempo un 60% de las veces.
La mayor necesidad de todos es descansar. Con el cambio de horario de verano, él parece quedarse sin energía cerca de las 7:30 PM y quiere irse a dormir. Batallamos para intentar mantenerlo despierto, pero no tenemos suerte. Él se va a la cama temprano mientras nosotros nos quedamos haciendo tareas del hogar y de nuestros trabajos. Pero cuando llega la hora de acostarnos, él comienza a despertarse. Pienso que el descanso es lo que más extraño.
Me he dado cuenta que tengo dolor de cabeza por tres horas y luego simplemente me río –estaba tan ocupada con la prisa que no tuve tiempo para el dolor. No tuve tiempo para ir al baño, no tuve tiempo para comer, no tuve tiempo para tomarme un Tylenol antes de salir de casa a mi frenético día.
Creo que necesito poner una notita enfrente de mi puerta. No con frases agradables como “no te olvides de oler las rosas” sino con “no te olvides de atender el dolor” para eso es la Tylenol.
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