November 11, 2019 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
Mi hijo de 17 años no es fan de los eventos con muchas gente y ruido, pero le encanta la música y bailar, al menos en sus propios términos. Recientemente Jackson asistió al baile de prom Night to Shine, la cual se lleva a cabo la misma noche en todo Estados Unidos para aquellos que tienen una discapacidad.
Cuando recibimos la invitación tenía dudas de asistir. Habíamos tratado tantas veces asistir a eventos sociales y siempre terminaban en desastre. Pero en esta ocasión mi esposo y yo tomamos un voto de fe y decidimos que asistiría.
Esa tarde fue el evento más mágico y bien organizado al que jamás hayamos asistido. Nos recibieron voluntarios maravillosos los cuales les daban a las familias abrazos y les deseaban a los participantes que pasaran una noche maravillosa. Después pusieron a mi hijo con el que sería su amigo y acompañante en toda la noche. Su nombre era Cameron.
Le informamos a Cameron que no esperábamos que Jac durara más de 30 minutos en la fiesta. Que probablemente no comería. Que no bailaría. Pero que si le gustaba la música. Le deseamos la mejor de las suertes y lo dejamos ir.
Mi esposo y yo lo vimos sorprendidos y con lágrimas en los ojos mientras él se iba con su nueva amiga. Lo alcanzamos a ver cuándo recibía su corona. Todos los participantes fueron coronados como reyes y reinas del baile de prom. Después fue a subirse a una limosina que estaba ahí para darles una vuelta en el estacionamiento.
A los padres nos mandaron a otro cuarto en el cual fuimos tratados como la realeza. Nos dieron de cenar y había gente para atendernos de todo a todo. Y la mejor parte, pudimos ver a todos los que asistieron al prom. Nuestros hijos estaban realmente disfrutando. Estaban bailando, cantando y disfrutando con sus nuevos amigos. Era como cual quien otro joven asistiendo al prom.
Para mi sorpresa mi hijo duro las tres horas. Se subió tres veces a la limosina y pudo decir que era el rey del prom. Definitivamente fue una noche mágica. Fue una noche para brillar y el brilló. Los años de la adolescencia son maravillosos y traen consigo muchos retos.
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