22 de Diciembre de 2016 | De: Marty Barnes
Categorías: Apoyo para la familia
A medida que mi hija, Casey, crecía, sus brazos y piernas se hacían más rígidos. Ella tenía un caso muy complicado de parálisis cerebral y con el tiempo tuvo muchas contracciones y dislocaciones. Vestir a Casey se convirtió en una gran lucha para nosotros.
Ella permanecía acostada la mayor parte del día, así que no podíamos tener nada con cierres, botones, listones, o cualquier tipo de adorno, ya que a menudo le causaban llagas y problemas de piel. Nos quedamos con camisetas suaves con mangas de todos los tamaños y mallones o shorts cómodos.
Su rango de movimiento era muy limitado. Sus hombros eran rodados, poniendo sus brazos enfrente de ella. No podíamos levantar sus brazos sobre su cabeza o extender sus brazos abiertos o detrás de ella como necesitábamos para poner un abrigo. La mayoría de las blusas que compramos eran de talla más grandes y pondríamos sus brazos primero y luego estiraríamos la camisa sobre su cabeza/cuerpo.
Afortunadamente, en Texas, los abrigos no eran necesarios la mayor parte del tiempo. Sin embargo, hay unas cuantas semanas al año que hace mucho frío. Mantener caliente Casey nos obligó a ser creativos.
Primero, usamos mantas. Podíamos poner una debajo de ella en la silla de ruedas y envolverla. Esto sirvió poco ya que era difícil quitarle la cobija cuando estábamos en interiores y esto hacia que se acalorara. Las cobijas eran también un problema cuando empujábamos su silla de ruedas ya que se enredaban en las llantas y se ensuciaban con el piso. Las cobijas servían cuando andábamos de prisa, pero no eral ideales.
Algunas familias sugirieron que pusiéramos a Casey en su silla de ruedas primero y luego pusiéramos su abrigo al revés, dejándolo desabrochado cubriendo la parte superior de su cuerpo y brazos. Esto funcionaba muy bien, al menos que fuera un día con viento ya que la espalda y costados de Casey a menudo se enfriaban. Intentamos esto cuando sabíamos que estaríamos fuera por periodos muy cortos. Era mucho más fácil quitarse el abrigo después de entrar y ayudó mucho con los asuntos de acaloramiento.
Un día, estaba en la farmacia local recogiendo algunos medicamentos. Miré en la sección "Como lo vio en televisión" que había “Snuggie” para niños. Uno rosa con princesas llamó mi atención. Igual que tú, -me reia de los comerciales en televisión. Pero aquí estaba yo, poniendo un “Snuggie” en mi carrito de compras disponiéndome a pagarlo.
¡Funcionó! En realidad, funcionó muy bien.
El “Snuggie” Era como una manta y chaqueta en uno. Había mucha tela adicional para mantener los lados de Casey y bloquear el viento de su espalda y había brazos para ayudarnos a acceder correctamente y mantener sus brazos en las correas para su silla de ruedas. Los “Snuggies” son maravillosos para personas que utilizan silla de ruedas.
Añadimos algunas cosas más al “snuggie” a lo largo de los años.
Encontramos que los calcetines pachones eran grandiosos para utilizar sobre sus manos en vez de guantes. Era difícil conseguir que sus manos y dedos se abrieran bien, pero con un calcetín no necesitábamos abrirlos. También, ordenamos guantes sin dedos para probar. Eran buenos, pero los calcetines eran más fáciles, más baratos y parecían mantener sus manos mucho más calientes. Utilizamos lo mismo en sus pies. No podía usar zapatos, pero le poníamos calcetines gruesos y suaves y pantuflas térmicas que se estiraban para colocarlas.
No hay un artículo perfecto por ahí que va a funcionar para todos, pero con un poco de creatividad hay muchas cosas que las familias han encontrado para mantenerlos a una temperatura adecuada.
Otra sugerencia son los ponchos. Puedes encontrarlos en todas las telas, estampados, colores, con o sin capuchas y otros muchos estilos. Ojala que algunas de estas ideas pueden ayudarte a mantener a su pequeño este invierno.
Puedes encontrar maneras para estar en contacto con otros padres de niños con discapacidades y compartir con otros ideas como estas en este sitio web.
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