Ahora soy un extraño

Cuando mi esposo, Tim, y yo éramos más jóvenes, mucho tiempo antes de tener a Casey, nos mudamos a Los Ángeles por el trabajo. Mi familia estaba en Texas. La familia de Tim estaba cerca de Chicago. Ambos tenemos muchos sobrinos y sobrinas. Viajábamos de Los Ángeles a Chicago y Texas al menos dos veces al año. Amábamos pasar tiempo con nuestra familia y amigos.

Después de que Casey nació, ya no podíamos viajar más. El viajar sería demasiado difícil para ella. Nunca nos sentimos cómodos estando lejos de ella. En ocasiones, uno de nosotros iría a casa para grandes eventos. Pero en general, ya no vimos a nuestra familia tanto como antes. Ellos vendrían a vernos, pero la mayoría tenían niños pequeños así que viajar no era fácil para ellos tampoco.

Siempre enviábamos regalos para cumpleaños y navidad. Hablábamos con nuestros hermanos cuando el tiempo lo permitía. Cada año hablábamos menos y menos. Poco después de que Casey cumpliera dos años, ella estaba lo suficientemente fuerte para viajar a Texas. Una vez que llegamos a Austin, nos quedamos allí. Viajar ya no era posible.

Nuestras familias fueron comprensivas, pero algunas veces podíamos decir que realmente no lo entendían. Para ellos, parecíamos sobreprotectores y exagerados por el simple hecho de no empacar todo el equipo de Casey y no tomar el riesgo. Estoy segura que, si ellos estuvieran más cerca de ella, hubieran entendido por qué no era una opción.  Pero así no fue como ocurrieron las cosas. Mi familia está en Texas y así podríamos verlos más que cuando estábamos en Los Ángeles, pero incluso viviendo en el mismo estado, no los veíamos tan a menudo.  

Casey nació en el 2006 y murió en primavera de 2016. En el verano de 2016, uno de los hermanos de Tim se mudó a Texas con su familia. Sus dos hijas mayores ahora eran adolescentes y nunca antes había conocido su hijo de 6 años.  Siempre había sido la tía favorita. Pero fue sensación un poco agridulce el que se hayan mudado a Texas. Estaba emocionada de poder verlos más, pero por otra parte estaba triste porque no pudieron venir unos años antes y conocer a su prima Casey.

Luego que nuestros familiares se establecieron en Dallas, conducimos para pasar un tiempo con ellos. No me tomó mucho darme cuenta que ya no era la tía favorita. Era una extraña. Ellos me habían hablado por teléfono, pero no a menudo y me conocían a través de las historias de sus padres. Habían visto fotos de cuando eran más pequeños, pero ya no me conocían.

No cambiaría la decisión de permanecer en la casa y pasar todo el tiempo con Casey para que pasara sus 10 años con nosotros. Me entristece ser ahora una extraña para mi propia familia. Me entristece aún más el pensar que nunca conocieron a la persona más importante en mi mundo. Ellos nunca supieron la razón por la cual me convertí en una extraña.

Estoy segura que con el tiempo estaremos más cerca de lo que estamos ahora, pero nunca será como fue alguna vez. En verdad deseo que el mundo entero hubiera tenido la oportunidad de conocer a mi Casey. Ahora voy a hacer mi mejor esfuerzo por mostrársela al mundo a través de mis ojos y mis recuerdos

La aceptación, el duelo y adaptarse a la vida es una página importante y de apoyo que pueden leer todos aquellos padres que lidian con sentimientos similares.