1 de Noviembre de 2018 | De: Anonymous
Categorías: Transición a la edad adulta
Cuando tu bebé no está al mismo nivel que los demás sientes que se te rompe el corazón. Cuando nuestros niños tienen discapacidades físicas es más fácil aceptar las cosas, como la posibilidad de que se va a tardar en caminar o en entrenarse para ir al baño.
Sin embargo, las metas que la sociedad les ha puesto a nuestros jóvenes pueden llegar a ser igual de desgarradoras, especialmente cuando tu hijo tiene una discapacidad invisible. Las preguntas de los familiares y amigos lo hacen todo más difícil.
Nosotros estamos pasando por esto con nuestro hijo mayor. El tiene ADHD severo y ansiedad. En el momento que cumplió los 16 años empezó a comprender los cuestionamientos: ¿Cuándo vas a empezar a trabajar? ¿Cuándo sacarás tu licencia de manejar? ¿Qué van hacer cuando te gradúes? ¿Ya tienes novia? Y la lista sigue y sigue. Nosotros no teníamos las respuestas esperadas para esas preguntas.
Sabíamos que el que cumpliera 16 años no significaba que no necesitaba tiempo extra para lograr su desarrollo social y emocional. En nuestra familia pensamos que sería mejor que nuestro hijo llegara a estas metas a su propio paso y no al paso o expectativas de otros. Nosotros creemos en prepararlo para el éxito y no para el fracaso.
Así que la mejor respuesta que puede decir es “en eso estoy”. La forma de dejarlo crecer fue permitirle que lo hiciera sólo y a su tiempo.
Su primer trabajo lo obtuvo hasta que cumplió los 18 años, antes de que se graduara. Por el momento se está tomando un descanso académico para enfocarse en las habilidades necesarias para su nuevo trabajo. Lo ayudamos a abrir una cuenta de Uber en caso de que no podamos recogerlo después del trabajo. También está pensando en ir a clases de manejo.
Ya tiene su cuenta de cheques la cual le ayudamos a abrir mi esposo y yo. Hemos estado enseñándole el manejo del dinero y cómo usar una tarjeta de débito. Todavía le ayudamos a que deposite correctamente su cheque.
Y la cosa con la que está más contento es que ya tiene novia.
La transición es difícil para jóvenes que tienen una discapacidad invisible, así como cualquier otra discapacidad. Y definitivamente tomará más tiempo. Por lo general, a nuestros hijos no les urge irse de su casa. Toma mucha paciencia y práctica.
Este es un video acerca de cómo algunas familias tienen que lidiar con la discapacidad invisible de sus hijos.
Como madre de un hijo mayor con discapacidades, tuve dificultades con sus clases de matemáticas y lectura la mayor parte de su vida en la escuela. Como padres, a veces tenemos metas irreales para nuestros hijos. Sin embargo, en algún momento debemos hacer una pausa y pensar en el futuro.
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