18 de Enero de 2017 | De: Kelly Mastin
Categorías: Apoyo para la familia
Estos no son pensamientos nuevos. En realidad, la idea vino hace años cuando mis hijos eran pequeños. La idea me abrió los ojos y me cambió la vida. Y de vez en cuando la recuerdo. Así como lo hice hace poco cuando me quejaba de lo difícil que era la vida para mí.
Yo todavía sigo haciendo todas las cosas que mis amigos dejaron de hacer cuando sus hijos dejaron la “etapa de bebé”. Todavía cargo con las cosas de mi hija a todas partes, cuando mis amigos solo tienes que llevar a sus hijos. Me siento frustrada y triste de no saber lo que mi hija me quiere decir. Todavía me encargo de todo su cuidado personal.
¿Entiendes a lo que me refiero? Sigo haciendo todas las cosas que hacía cuando mi hija era una bebé.
Un día estaba cansada, frustrada y pensaba que mi vida era mucho más difícil que la de todos los demás. Lamentaba el hecho que me había tocado una carga mucho más pesada. ¿Como puedo seguir? ¡Pobre de mí!!
Y ese día, recordé: Esto –esta vida, esta discapacidad, estos problemas- no son únicos y no son míos. No son míos.
Cuando recuerdo que yo soy la única que provee apoyo a mis hijos con discapacidad, también recuerdo que esta vida es en realidad su problema. En realidad, ellos son los que tienen que cargarla. Chloe es la que está atrapada dentro de un cuerpo que no trabaja como ella quisiera. Zachary, su comportamiento se sale de control y vive atrapado con el dolor que les causa a sus seres queridos por sus acciones. Ellos son los que viven todos los días y cada momento con su discapacidad. Es en verdad su problema.
Esta idea es lo que lo pone todo en perspectiva y me ayuda a no obsesionarme en pensar que todo se trata de mí y del hecho que soy mamá de un niño con discapacidad. No se trata de mí. Se trata de ellos, todo es de ellos.
No me malinterpreten, criar a un niño con discapacidad es mucho trabajo. Es un trabajo que dirige tu vida y tus planes, se adueña de cualquier conversación y embarga casi cualquier pensamiento que tengas. Todo es verdad.
Pero me hace bien recordar que no se trata de mí. Se trata de ella. Se trata de él. Y es mi trabajo apoyarlos de la mejor manera que me sea posible.
Y necesito recordar de cuidar de mi para poder tener suficiente energía y entusiasmo para proveer ese apoyo de la mejor manera. Pero en realidad y de verdad se trata sólo de ellos y de sus vidas.
No es la mía. Y no se trata de mí. Así que yo escojo superarlo y ponerme a trabajar.
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