Aprendiendo a ser flexible

Yo soy la mamá de una niña con una discapacidad. Mis amigas más cercanas también son mamás de niños con discapacidades. Pertenezco a varios grupos de apoyo en línea para padres que tienen niños con discapacidades. Una de las cosas que tenemos en común es que dormimos muy poco.

Los hábitos de sueño de mi hija siempre han sido erráticos. No hay forma de predecir si va a dormir. El no saber si va a dormir o no, se ha convertido en algo constante en mi vida.

Es muy difícil ser mamá de un niño con discapacidad y no dormir. Al pasar de los años he aprendido algunas cosas que me han ayudado a dormir un poco.

Primero que nada, aprende a dormir donde sea. Esto incluye camas, sillones o en el suelo. Asegúrate de siempre tener a la mano algunas cobijas y almohadas. Siempre que voy a la tienda y encuentro ofertas de estos artículos los compro.

Hemos pasado muchos días y noches en el hospital, así que también tengo un colchón portable. Me encontré uno en una tienda de deportes. Los sillones para dormir en el hospital no les sientan bien a mis huesos. Así que pongo mi colchón arriba del sillón y listo, tengo una cama instantánea.

Otro consejo muy importante es que tienes que dormir cuando tu hijo duerma. Esto quiere decir que tienes que ser flexible con tus hábitos de sueño. Aprende a dormir de día y de noche, y aprende a dormirte rápido. Lo importante es dormir para poder funcionar cuando tu hijo este despierto.

Ahora tendrás que seguir los hábitos que antes considerabas tóxicos. Si tienes la fortuna de tener un esposo o respiro, entonces usa esos momentos en los que puedas estar sola para dormir.

Tu rutina de cuidado personal debe de incluir dormir. Créeme las mamás tienen que dormir para poder dar lo mejor de ellas.