14 de Junio de 2015 | De: Ashley Sanchez
Categorías: Transición a la edad adulta
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“¡Ya me quiero salir de aquí!” dijo Cristina de una manera poco diplomática. Y es que desde que tengo memoria, Cristina siempre ha querido hacer las cosas por sí sola. Cuando era muy pequeña, quería cruzar el pasamanos ella sola, quería andar en bicicleta e ir y venir caminando a la escuela por su cuenta. En la preparatoria le dio por hacer la audición para ser porrista. Así es que no me sorprendió que dijera que quería salirse de casa y vivir aparte.
Debido a que Cristina tiene Síndrome de Down, el camino que ha tenido que recorrer para lograr su independencia ha sido diferente que el de sus hermanas. Héctor y yo siempre hemos sabido que, aunque nuestra hija mayor puede manejar muchos aspectos de la vida diaria como preparar comidas sencillas, limpiar, levantarse y acostarse sola, también sabemos que tiene debilidades que hacen que sea necesario recibir apoyo continuo para realizar ciertas actividades.
Una de sus debilidades es que no puede manejar. Hasta que no existan autos que se manejen solos, Cristina siempre tendrá que depender de otra persona. Necesitará de alguien que la lleve a donde quiera ir, a menos que pueda vivir cerca de esos lugares y camine.
En Kansas, hace diez años, un grupo de padres enfrentó la misma situación: tratar de dar a sus hijos la mayor independencia posible y a la vez apoyarlos en sus necesidades. Se dieron cuenta que sus hijos podrían vivir cerca el uno del otro y estar cerca de las tiendas, los restaurantes y los lugares de programas sociales y gimnasios. De esta manera podrían lograr que su independencia se convirtiera en realidad. También se dieron cuenta que si los padres podían llevarlos a sus trabajos y les ayudaban a planear varias actividades (clases de Zumba, talleres o actividades recreativas, etc.) y conseguían a alguien que les ayudara con los quehaceres en el departamento varias veces a la semana, entonces tendrían el apoyo necesario. Así nació el Proyecto Misión.
Recuerdo que hace muchos años leí algo acerca de esa comunidad y sentí curiosidad por lo novedosa que era la idea. Sin embargo no me enteré de nada más.
Pero en mayo del 2013, cuando mi esposo y yo llevamos a Cristina a un baile para adolescentes y adultos jóvenes con discapacidad, todo cambió. En la fiesta nos pusimos a hablar con otras dos madres a quienes veíamos de vez en cuando, y decidimos ir a cenar con ellas mientras esperábamos que acabara la fiesta de nuestros hijos.
Durante la cena hablamos acerca de nuestros hijos y fue divertido conocer lo que cada uno había hecho recientemente. Héctor y yo comentamos que pensábamos comprar una casa en nuestro vecindario para que Cristina pudiera vivir ahí con 2 ó 3 amigas.
Una de las mamás nos preguntó si habíamos oído acerca del “Proyecto Misión” en Kansas. Nos explicó que en su comunidad permiten que los padres de niños con discapacidad puedan seguir pendientes de sus hijos. Pero que sus hijos adultos viven independientemente en un complejo de departamentos. La señora nos dio la dirección de Internet de Proyecto Misión.
Esa misma noche, al llegar a casa, sabía que éso era exactamente lo que quería para Cristina. En el transcurso de los próximos días envié correos electrónicos al Proyecto Misión y después hablé con familias que participan en la comunidad de Kansas. Nos invitaron y, junto con otra gente interesada de Austin, fuimos a visitarlos.
Hablé con toda la gente que conocía sobre el concepto, ya sea a través de las Olimpiadas Especiales o en la escuela, para ver si había personas interesadas en nuestra comunidad. Me dio mucho gusto ver que había muchas personas interesadas.
Así que fijé la fecha en agosto para ir a Kansas y visitarlos, e invité a quien quisiera ir. Seis personas aceptaron la invitación.
Vimos que era una comunidad llena de vida, la cual combinaba la independencia de los hijos y el apoyo de sus familias. Además las familias continuaban siendo parte integral de la vida de sus hijos. En Kansas tienen 18 participantes que viven solos en unidades de una recámara, y el complejo en sí tiene como 200 unidades.
Después de nuestra visita a Kansas quisimos formar una comunidad similar en Austin. No todas las personas que fueron con nosotros a Kansas siguieron participando. Pero después de un tiempo formamos un comité, elegimos un nombre, hicimos reglamentos y formamos una asociación sin fines de lucro 501c(3). Y es así como nació Adults Independent and Motivated (Adultos Independientes y Motivados (AIM por sus siglas en inglés).
Después de mucho buscar encontramos un lugar en el Centro de Texas que cumplía con nuestros requisitos. Nuestro complejo de departamentos está en un suburbio de Austin y los jóvenes que participan pueden caminar a varias tiendas, restaurantes y lugares de entretenimiento que están cerca. Los primeros participantes llegaron en enero de 2015. Como en Austin es caro el alquiler de departamentos los que participan en Austin tienen que compartir departamento, no viven solos como los que participan en Kansas.
Esperamos que poco a poco aumente el número de participantes. Por lo general requerimos que los futuros participantes pasen un período largo de tiempo con AIM para ver si son en realidad compatibles. Queremos que haya varios participantes para que así sea más fácil tener oportunidades de socializar con los demás, ya sea ir a la biblioteca o jugar billar. Pero por otro lado, tampoco queremos que sea una comunidad muy grande y difícil de administrar.
Aunque nuestra organización acaba de empezar, tuvimos a una participante que estaba tan ansiosa de unirse al programa que se quería mudar inmediatamente, ya no podía esperar más tiempo. El día que le dije a Cristina que había un departamento disponible y que podía mudarse cuanto antes (Cristina ya tenía una compañera de casa), Cristina dijo, “¡Soy la persona más feliz del mundo!”
Como madre de un hijo mayor con discapacidades, tuve dificultades con sus clases de matemáticas y lectura la mayor parte de su vida en la escuela. Como padres, a veces tenemos metas irreales para nuestros hijos. Sin embargo, en algún momento debemos hacer una pausa y pensar en el futuro.
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