Un ministerio para todos

Como madre de un adulto con discapacidades, estoy muy emocionada por las clases inclusivas que hoy en día se ofrecen en muchas Iglesias. Siempre he pensado que cuando mi hijo era pequeño le hubiera ido muy bien en la escuela dominical si hubiera contado con los apoyos correctos.  Pero en esos tiempos mi iglesia no daba el apoyo para que el pudiera asistir con los otros niños.

Para mí, ir a la iglesia significa empacar una bolsa llena de refrigerios y juegos para ayudar a que mi hijo esté callado y tranquilo durante el servicio de la iglesia. En ocasiones eso funcionaba y en otras no. No queríamos perturbar a los demás y estaba muy grande para llevarlo al cuarto de los niños. Mi esposo y yo nos turnábamos para sacarlo un rato o llevarlo al baño. Era muy estresante.

Y la cosa es que realmente necesitábamos este tiempo para orar. Como la mayoría de los padres, necesitamos tiempo de oración y meditación. Necesitábamos esas dos preciadas horas a la semana para refrescar nuestras almas y conectarnos con nuestra comunidad de la iglesia.

Al mismo tiempo nuestro hijo necesitaba estar con sus compañeros. Necesitaba sentirse aceptado y valorado. Necesitaba el apoyo que le permitiera rezar con niños de su dad en una clase regular. ¿Pero cómo sería eso?

Hoy en día que ayudo con los niños en mi iglesia, veo exactamente como es. Veo a un niño con autismo aprendiendo con sus compañeros, con la ayuda de un asistente. Veo a un niño que se puede tomar un receso en el salón sensorial. Y después lo veo regresar al salón ruidoso una vez que ya lo pueden soportar. Veo a un niño que antes necesitaba un asistente, sentado con sus amigos haciendo manualidades.

La inclusión en nuestra iglesia es algo que ya está pasando en muchos otros lugares de adoración. Hay servicios disponibles y apoyos que se modifican a las necesidades de los niños. Además, se brinda entrenamiento al personal para asegurarse que sea una experiencia positiva para todos.

Algunas Iglesias brindan apoyo para que todos los niños puedan participar en otras actividades como programas de verano.  Otras ofrecen noches de respire mensual la cual incluye también a los hermanos. Algunos tienen programas para jóvenes y adultos para estos que hagan amigos. Y otros tienen grupos de apoyo para padres, eventos de recursos y otras actividades para crear redes de apoyo. 

Muchas iglesias también encuentras formas de incluir a los jóvenes y adultos para que puedan participar y servir. Mi hijo tiene 29 años. Siempre espera con ansias ponerse su uniforme de la iglesia en donde participa dando la bienvenida a los demás en los eventos. Y su actividad favorita es asistir a la iglesia los domingos por la mañana. Ya no tengo que llevar ninguna maleta con cosas. Hoy se sienta con su familia y amigos y disfruta el sermón y los himnos. Y por todo esto estoy muy agradecida.

¿Estás buscando una iglesia con un programa inclusivo para tu hijo? Búscalo en la sección de servicios, grupos y eventos.