1 de Agosto de 2017 | De: Shailen Singh
Categorías: Apoyo para la familia
Recientemente, mi esposa y yo nos hemos dado cuenta que necesitamos comenzar a mirar a nuestro hijo por quien es él y no por quien queremos que sea.
Suena tan simple, pero es más complicado. Los padres de niños con necesidades especiales de salud a menudo son forzados a mirar el desarrollo de sus hijos basados en los hitos del desarrollo típico. Nunca es solamente acerca de cuán lejos ha llegado, sino también de cuanto más lejos deben llegar.
Tal vez las sesiones de terapia diaria son las que fuerzan este proceso de pensamiento, o tal vez son las conversaciones que tenemos con la escuela que se enfocan más en la adquisición de habilidades en vez de celebrar quien es él en realidad. Hemos estado estancados en esta rutina de desarrollo en la cual solamente vemos sus posibilidades en oposición a lo que son capaces de hacer.
Pero ahora hemos comenzado a pensar diferentemente. Claro que continuamos queriendo que él logre sus metas en la terapia, pero creo que ahora somos más pacientes con él ya que empezamos a aceptarlo por quién es él y no por quien pensamos que puede llegar a ser.
En cierto sentido, la pregunta de quién pudo haber sido es injusta para él. Como padres, nuestro trabajo es moldear y guiar a nuestros hijos, guiarlos hacia la independencia, no para dictar quienes van a ser.
Con nuestro hijo, parece que si no le dictamos quien podría ser entonces, ¿quién más va a hacerlo? En términos de habilidad, si nosotros no insistimos en que él va a caminar o va a hablar, ¿quién más lo hará?
Pienso que este deseo constante de velar por los intereses de nuestros hijos ha resultado en esta impaciencia de convertirlo en la mejor versión de él sin apreciar quien es como persona.
¿Él puede caminar? No, no puede. Pero él puede jugar Peek- a- boo. Él también puede acercarse y hacerte saber cuando quiere ser abrazado y eso es maravilloso.
¿Él puede hablar? No, pero de seguro te puede comunicar lo que está pensando o sintiendo, especialmente si haces algo que él no quiere que hagas. Él se va a asegurar de que sepas que le has hecho daño.
¡Esas cosas son buenas e importantes! Esas cosas involucran la auto abogacía y la habilidad de expresar sus emociones de una manera constructiva.
Cuando volteamos a ver el pasado, nos damos cuenta que cuando él comenzaba a expresar esas emociones verbalmente no le dábamos crédito porque nuestra mirada estaba fija en su potencial y no en lo que estaba logrando.
Estamos cambiando. Estamos adaptándonos. Y más que nada lo estamos apreciando por hombre en el cual se está convirtiendo.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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