23 de Agosto de 2018 | De: Family to Family Network
Categorías: Apoyo para la familia
Conozco a muchos niños y adultos los cuales aman y sobresalen en muchos deportes. Pero mi hijo no es uno de esos. Cuando estaba pequeño lo inscribimos en una liga de soccer de nuestra comunidad. Le gustaba participar en el desfile de inauguración y en la premiación en la final de la temporada, pero nada más eso.
El entrenador lo animaba y sus compañeros lo aceptaban, pero a mi hijo no le interesaba correr de un lado para otro persiguiendo un balón.
Al pasar de los años tratamos otros deportes como basquetbol y gimnasia. Los intentos para hacerlo que participara eran frustrantes. Pasamos mucho tiempo sentados en las gradas. Le gustaban los refrigerios que daban después de la práctica, pero ni con mis mejores argumentos lograba que jugara. Traté, pero después me di por vencida.
En la preparatoria me trajo un panfleto acerca del programa de boliche en las olimpiadas especiales del distrito. En la fiesta de un amigo había disfrutado mucho jugar boliche así que decidimos que lo podía tratar. En el pasado había usado barreras en los lados, pero en las olimpiadas no están permitidas. En su primera práctica su marcador fue de 12 puntos. Él no estaba muy contento.
Sin embargo, no se echó para atrás en la siguiente práctica. Su marcador mejoro un poco y así siguió pasando semana tras semana. En su cumpleaños le regalamos su propia bola y zapatos. Eso hizo una gran diferencia.
Aprendió a tomarse su tiempo, alinear la bola y ajustar su figura. Hoy 10 años más tarde promedio es de 63. Su orgullo más grande es una pared de su cuarto en donde tienen todas sus medallas y listones que ha ganado.
He tratado que practique otros deportes en las olimpiadas especiales, pero siempre me dice que él ya tiene un deporte. Los dos hemos disfrutado las amistades y compañerismo en todos estos años. Está esperando con ansias ir a Austin para los juegos de invierno en febrero y celebrar con sus amigos en el banquete anual para deportistas.
Después de la graduación de preparatoria, se cambió a un equipo de adultos jóvenes. Algunos de sus compañeros de equipo también fueron sus compañeros en la escuela. La transición ha sido muy tranquila. El boliche se ha convertido en una parte muy importante de su vida social especialmente ahora que no está en la escuela.
Después de su práctica los sábados por la mañana, usualmente nos vamos a comer con algunas de las familias. Él y sus compañeros celebran cumpleaños juntos y también van al cine. La práctica de los sábados le brinda una oportunidad para que haga ejercicio físico. Las dos cosas son importantes para su salud física y mental.
¿Estás tratando de ayudar a tu hijo a encontrar un deporte nuevo o una actividad recreacional? Usa la herramienta de búsqueda en la página de Avancemos Juntos Texas para que encuentres programas y actividades en tu área.
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