5 de Marzo de 2018 | De: Marty Barnes
Categorías: Apoyo para la familia
No me gusta admitir esto, pero antes de ser la madre de Casey, era una persona muy superficial. Me esforzaba mucho por vestir ropa costosa y conducir un vehículo grandioso, vacaciones lujosas, etc. Aprendí mucho de Casey, incluyendo lo que realmente importa en la vida.
Sorpresa: las cosas materiales NO importan.
Siempre fui muy sociable y tenía muchos amigos que compartían mis metas anteriores poco profundas. Cuando cambiaron mis prioridades, algunos de mis amigos me apoyaron y cambiaron conmigo. Lamentablemente, algunos no lo hicieron. Algunos amigos ya no sabían que decirme. Se sentían tan incomodos con mi situación que evitaban verme.
Duele mucho. Pensé que ellos eran mis amigos.
Intenté acercarme a algunos de ellos desde el principio, pero ellos evitarían mis llamadas o siempre tendrían razones por las que no podían hablar o reunirnos. Intentaba mantenerme conectada pero cada rechazo era más difícil que el anterior.
También estaba ocurriendo con algunos miembros de la familia. Recuerdo sentirme asombrada a medida que me lastimaban con su reacción. Me esforcé por un tiempo intentando salvar esas relaciones.
Eventualmente, me di cuenta que todo el tiempo que invertía preocupándome por las cosas que habían salido mal, o intentado conectar con personas que obviamente no querían mantener contacto conmigo, era tiempo que no pasaba con Casey u otras relaciones saludables.
Estaba perdiendo mucho tiempo y energía con relaciones o personas que ya no teníamos nada en común. Una vez me di cuenta de todos los esfuerzos desperdiciados resultando en más rechazo y dolor para mí, finalmente decidí detenerme. Ya no perseguiría más ese tipo de relaciones.
No les guardaba resentimiento ni rencor. Algunas veces las personas tienen diferentes prioridades y viven diferentes vidas. ¡Está bien!
En lugar de eso podía pasar tiempo construyendo relaciones que me ayudaran. Algunas de las relaciones que me ayudaron eran viejas amistades y familiares, pero algunas eran relaciones nuevas. Existe una hermandad especial entre las madres de niños con necesidades especiales de salud. Muchas veces la he escuchado nombrar “hermanas de las circunstancias”, el cual pienso que es un término bastante acertado. He conocido a algunas de mis amistades más cercanas a través de mi hija.
Aprendí que, si era la única persona interesada en la relación, probablemente era momento de alejarse. También aprendí que, si la relación estaba causando estrés adicional a mi vida, no la necesitaba. Tenía suficiente estrés siendo una madre de una niña con condiciones médicas, no estaba buscando drama o estrés adicional. Si las personas no me podían aceptar por quien soy y a mi hija por quien es, ellos se la perdían, no yo.
Sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo. Cuando me comprometí en enfocarme en relaciones saludables y no en perder mi tiempo en relaciones tóxicas o no existentes, me costó mucho trabajo. Me esforcé por re-entrenar mi mente para que se enfocara en cosas diferentes.
Una vez que lo logré, mi vida ha sido mucho mejor. Tengo menos estrés y más tiempo para invertir en las relaciones que importan. Sé que los amigos y familiares que están en mi vida ahora estarán para siempre. Puede que no tengan tantos amigos como solía tener, pero los que tengo son amigos reales y yo valoro a todos y cada uno de ellos.
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Una de mis frases favoritas es, “hay dos regalos que debemos dar a nuestros hijos: uno son las raíces y el otro las alas". Como madre, no podría estar más de acuerdo. Nuestros hijos necesitan raíces para crecer y alas para elevarse.
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