May 13, 2022 | De: Marty Barnes
Categorías: Apoyo para la familia
Siempre supe que mi hija Casey era increíble. Su espíritu es el más fuerte y generoso que he tenido la suerte de conocer. Todas las personas que la conocieron se sintieron conmovidos por ella de alguna u otra forma. Las madres pensamos así, pero a menudo nos recordamos que somos parciales y que vemos a nuestros hijos de forma diferente a los demás.
Después del fallecimiento de Casey, empecé a trabajar con muchos de los proveedores que la atendieron. Como su compañera de trabajo, ahora los veo desde una perspectiva diferente, no principalmente como los profesionales que antes eran para mí. Veo el impacto que mi hija tuvo en ellos, y eso me llena el corazón a diario.
Algunos todavía tienen colgadas en sus oficinas las fotos que les enviamos a lo largo de los años con motivo de las fiestas. Otros se detienen inesperadamente en mi escritorio para compartir algún recuerdo de Casey, o para decirme que ese día pensaron en ella.
Trabajo con niños con necesidades médicas complejas y sus familias. Una parte de mi trabajo es hablar con las familias antes de una cirugía muy específica. Me aseguro de que entiendan los efectos de la cirugía, tanto los buenos como los malos. Los miembros del equipo con el que doy estas pláticas no conocieron a mi hija, pero las olas que ella creó los han alcanzado, incluso después de que dejó este mundo.
Las historias que han escuchado sobre Casey de mí y otras personas, les han ayudado a entender las situaciones en que se encuentran las familias. Las olas que Casey creó han ayudado a muchas personas a no ir de prisa, a apreciar las cosas pequeñas y a ser amables y comprensivas.
Cuando pierdes a un hijo, te duele pensar que la gente podría olvidarse de él. Cada día algo me recuerda que nunca olvidaremos a Casey. Sus olas siguen avanzando y tocando a diferentes personas todo el tiempo.
Toma un minuto para pensar en las personas presentes en la vida de tu hijo. Las que han estado en contacto con él y a las que ha impactado indirectamente, todas continúan creciendo y aprendiendo de tu hijo. Esas olas están llegando a más gente de la que jamás te podrías imaginar.
Lee las conmovedoras e informativas historias que Marty ha compartido sobre su hija Casey.
La pérdida de un hijo es lo peor que una persona puede vivir. Hay muchas razones obvias, pero una de las que llega por sorpresa a muchas familias en duelo es el enorme sentimiento de culpa que conlleva seguir adelante sin su hijo.
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