30 de Julio de 2018 | De: Anonymous
Categorías: Apoyo para la familia
Cuando mis niños estaban chiquitos, yo fui muy bendecida al poder quedarme en casa con ellos. Tuvimos 4 niños, 2 de ellos con problemas sensoriales y de salud mental. Me encargaba de muchos doctores y muchas citas a la vez. Todo era demasiado abrumador.
Parecía imposible mantener la casa limpia y hacer que todos estuvieran en donde tenían que estar. Pero me acostumbré a este estilo de vida y evité tener cualquier expectativa de ayuda. Así que me establecí en una rutina que fuera real.
Un día las cosas cambiaron. Mientras que mi esposo John ayudaba a llevar a nuestro niño de 4 años al baño, se dio cuenta que había un mosquito. En su intento por matarlo, corrió en el piso de azulejo, algo que siempre les había dicho a los niños que no hicieran.
Piso una toalla, se resbalo y cayo con un fuerte golpe en el piso de cerámica. Aunque del golpe se sacó todo el aire, estaba bien. Pero con el dolor que le provocó, mi esposo tuvo que dejar de trabajar y tuvo que someterse a una operación de cadera.
Repentinamente, mi esposo estaba en la casa durante todas las citas con los doctores. Se dio cuenta de todas las cosas de las que me encargaba diariamente. Era su primer día en la casa cuando las citas comenzaron. Mientras trataba de sacar a los niños de la casa, John sorprendido, me preguntó que a dónde íbamos. Le explique rápidamente y nos fuimos.
Esa noche mientras preparaba el medicamento para uno de los niños, mi esposo me preguntó si me podía ayudar. Después de explicarle como preparar cada medicamento, comprendí muchas cosas. Hablábamos de nuestras vidas solo de pasada, es decir, nunca la describíamos en detalle. Él no tenía idea que doctor veíamos para cada cosa, donde estaba el consultorio ni como contactarlo.
Tomó meses de trabajo y muchas referencias para conseguir a todos los terapeutas, los especialistas y los diagnósticos que necesitábamos. Si algo me pasaba y John no sabía dónde encontrar la información, tendría un gran problema. John y yo tomamos la oportunidad que le brindó tener una discapacidad temportal para que aprendiera más acerca de las necesidades y rutinas de los niños.
Repasamos los doctores, las citas y las recetas de cada niño. Aprendió todo lo que estaba pasando y podía encargarse de todo en caso de que algo me pasara. Usamos la aplicación Google Drive para grabar la información. Los dos teníamos acceso para poner al día las recetas, los doctores y otra información importante.
Años después, yo estoy trabajando y John a seguido su pasión y trabaja en una escuela. Durante los veranos él se hace cargo de las citas y de poner al corriente la información en Google Drive, sin ningún problema. Esto nos ha quitado mucho estrés. Sé que él se puede hacer cargo de ser necesario.
Nunca me había dado cuenta de lo importante que era que John estuviera al tanto de las necesidades educacionales y médicas de nuestros hijos. Además de lo mucho que se facilitarían las cosas al compartir la carga.
Aprenda más acerca de cómo organizar los expedientes médicos en este sitio web.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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