23 de Agosto de 2017 | De: Marty Barnes
Categorías: Apoyo para la familia
He visto a mucha gente en las redes sociales preguntándole a amigos y a extraños sus opiniones de si deberían tener otro hijo después de tener un niño con necesidades especiales. Yo me enojo mucho cuando veo esto.
Esta es una decisión personal que tú y tu pareja deberían de tomar juntos. Entiendo si le preguntas a tus amigos más cercanos, pero ultimadamente esta es una decisión que necesita ser tomada por ti y tu pareja y nadie más necesita dar su aprobación.
Hay muchas cosas en las que se tiene que pensar cuando se trata de tener otro hijo. Conozco gente que ha tomado los dos caminos. Hay buenos argumentos en los dos lados. Tiene que ser tu decisión. Solo tú sabes lo que puedes o no manejar.
Muchos de nosotros empezamos nuestro viaje en el NICU. En ocasiones nuestros niños son diagnosticados cuando nacen o sus problemas médicos son el resultado de traumas de nacimiento. Existe una reacción química que experimentamos y que empiezan en el NICU. No importa si tu niño se recupera completamente o queda con una condición de por vida, todos pasamos por esta extraña reacción.
Pasamos de 9 a 10 meses planeando el nacimiento y la vida con nuestro hijo. Nos imaginamos dando a luz, nuestro compañero cortando el cordón umbilical, el doctor dándonos al bebé, amamantándolo, dejando el hospital con nuestro lindo bebé, etc.
Cuando ninguna de estas cosas sucede y en lugar de esto nos encontramos viendo a nuestros bebés luchando por su vida, aislados, conectados a máquinas y monitores, nuestro cerebro empieza a mandarnos señales. Y empezamos a pensar en embarazarnos otra vez, inmediatamente. Yo estaba obsesionada con los pensamientos de embarazarme otra vez incluso antes de llevarme al bebé a la casa. Estaba tan obstinada que pensé que me estaba volviendo loca.
Más tarde me di cuenta que esto les pasa a todas las mamas que pasan por el NICU. Esto es nuestro subconsciente tratando de mejorar las cosas. Nuestro cerebro nos está pidiendo que tratemos otra vez y que recuperemos todas cosas que nos perdimos. Esta es la forma en que nuestro cerebro trata de evitar el dolor.
La primera vez que me dijeron que estaba pasando por la etapa del duelo, me sentí completamente confundida. Mi bebé estaba viva, ¿por qué tendría que estar en duelo? Lo que pasaba es que no estaba llorando la pérdida de mi bebé. Estaba llorando la perdida de la vida que había planeado. Una vez que entendí esto y pude procesar el duelo, puede sobrepasar el agobiante pensamiento de embarazarme otra vez.
Nosotros decidimos no tener más hijos. Casey requería el cuidado tiempo completo y sentíamos que si teníamos otro hijo le quitaría tiempo a ella o que el bebé seria descuidado frecuentemente porque nosotros estaríamos demasiado ocupados con Casey. Pensamos demasiado en tener más hijos.
Todavía me pasa por la mente. Tuvimos que hacer lo que era mejor para nosotros. Tenemos amigos y familiares que nos dicen que tengamos otro, incluso extraños nos dan su opinión sin que se las pidamos. Esta es una decisión que mi esposo y yo teníamos que hacer juntos.
Si te encuentras en una situación similar, no te preocupes en lo que los demás piensan, solo enfócate en lo que es mejor para ti y tu familia.
La sección de apoyo a la familia en este sitio ofrece información del duelo y como adaptarse a la vida.
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