27 de Septiembre de 2018 | De: Jennifer Jordan
Categorías: Apoyo para la familia
Tengo dos hijos uno de 10 y otro de 8. Los dos son niños. A los dos les encanta eructar y jugar con pistolas de agua. Les encanta decirse apodos. Les encanta hacerse bromas. Les encanta acusarse cuando hacen algo mal.
No me puedo imaginar lo que sería de mi hogar sin ellos dos.
La rivalidad es algo normal en el crecimiento. Tengo dos hermanas y un hermano. Mi hermano y yo peleábamos todo el tiempo. De hecho, todavía lo hacemos cuando estamos juntos los cuatro. Nos peleamos y discutimos, todo con mucho amor. Es algo normal entre hermanos.
Con mis dos hijos, realmente nunca supe si llegaría haber rivalidad entre ellos. Mi hijo mayor usa silla de ruedas. También usa un aparato electrónico para hablar. No me podía imaginar cómo sería verlos peleándose y discutiendo.
Bueno pues aprendí muy rápido que ellos también discutirían acerca de las mismas cosas que discuten todos lo demás niños. Por ejemplo, si es hora de dormir y el más pequeño sigue jugando, el mayor empieza hacer ruidos para que nos demos cuenta de lo que pasa. El más pequeño se la pasa diciéndole al mayor que deje de quedársele viendo. También le dice que deje de tocarlo, lo cual es un poco difícil pues él tiene poco control en sus movimientos.
El mayor le pone apodos al pequeño como “tontito” usando su aparato de comunicación. Cuando el más pequeño se mete en problemas por no seguir direcciones, el mayor nos hace saber que él sí hizo lo que debía hacer. Nos hace saber que él si estaba siguiendo las direcciones porque eso hace enojar a su hermano. También se ríe de él cuándo se mete en problemas.
Así que nosotros experimentamos la rivalidad entre hermanos en nuestra casa. Pero igual como todo lo demás en nuestra vida, se vive de manera diferente. Sin embargo, el significado detrás de eso es el mismo.
Aquí encontraras más información útil acerca de los hermanos.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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