11 de Junio de 2019 | De: Marty Barnes
Categorías: Apoyo para la familia
Después de que nació mi hija Casey, me sentía muy sola. Tenía muchos problemas médicos muy serios. Estaba rodeada de familiares y amigos que querían ayudar. Pero yo sentía que era imposible que ninguno de ellos entendiera lo que estaba pasando. Todos ellos tenían hijos sanos. Estaban viviendo la vida que yo quería. Estaba llena de tristeza, enojo, celos y en ocasiones sentimientos tan oscuros que provocaran que me sintiera más sola cada día.
Mientras esperaba en los consultorios y en las clínicas de terapia, empecé a notar que veía las mismas caras. Eventualmente encontré las fuerzas para presentarme. Al pasar de los años, algunas de estas personas que conocí en estas tenebrosas salas de espera también se convirtieron en amigos cercanos. Me entendían en una forma que otros no podían hacerlo. Nos apoyábamos los unos a los otros, nos dábamos consejos y nos brindábamos un lugar seguro cuando más lo necesitábamos.
Unos cuantos años después de que nació Casey las redes sociales empezaron a crecer. Entonces empecé a conocer a gente en línea de todas partes del mundo. Todas teníamos historias, retos y miedos similares. Había grupos creados en línea los cuales nos reunieron de una forma inimaginable.
Escuché una frase hace mucho: hermanas por circunstancias. Amo esto. En esta comunidad somos como hermanos o humanos. Y el lazo que compartimos, y todavía compartimos, era tan fuerte, si no aún más que aquel que teníamos con algunos miembros de nuestras familias.
Lo que era gracioso es que aparte de crear estos lazos por nuestros hijos, estas maravillosas personas y yo teníamos muy poco si no es que nada en común. Si no hubiera sido por nuestros hijos lo mas probable es que nunca nos hubiéramos conocido. Gracias a Casey conocí a mucha gente maravillosa, fuerte y llena de inspiración.
En estos años, he tenido la suerte de poder viajar y conocer en persona a estas hermanas virtuales y a sus hijos. Por años solo nos conocíamos por las redes sociales. Y aun así fui bienvenida a sus hogares y a sus vidas. Cuando nos conocíamos en persona parecía que nos conocíamos de toda la vida.
Tristemente Casery falleció en el 2016. Pero los lazos que cree con otros padres siguen ahí. Estas son las personas que continúan ayudándome todos los días. Tengo una gran familia y mis hermanas de sangre son maravillosas. Así como todos mis familiares y mi familia política. Sin embargo, mis hermanas por circunstancias, bueno pues ellas tienen un lugar muy especial en mi corazón. Siempre lo tendrán. No hubiera podido pasar por todo lo que pase sin su apoyo. Estar en contacto con otros padres puede marcar toda la diferencia.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
Categorías: Apoyo para la familia
Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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