Salud socio-emocional

Alguna vez el pediatra de tu hijo o la maestra te ha preguntado “¿cómo es la salud socio-emocional de tu hijo?” o te han pedido “por favor, complete este cuestionario” (con muchas preguntas acerca de sonreír, compartir, jugar, emociones…). Y cuestionas si esto es realmente necesario.

¡Sí, mamá y papá, es necesario!

Entonces, ¿qué es la “salud social emocional” de un niño?

La mejor manera de resumirlo es ¿mi hijo tiene un buen corazón?” Social se refiere a la habilidad de un niño de construir relaciones a través de la socialización. Algunos ejemplos son el jugar, compartir y hablar. ¿Puede el pequeño David jugar bien con otros y no estar aislado?  Emocional se refiere a la habilidad del niño para expresar y auto-regularse. ¿Puede la pequeña Tina expresar cuando está feliz o cuando esta triste? La salud social emocional es parte del desarrollo del niño.

¿Por qué esto es tan importante?

Algunas veces se pasa por alto porque no es tan medible como nuestra salud física. El aspecto socio emocional viene desde adentro y puede que no sea tan fácilmente reconocido. Es importante identificar si la salud social emocional de tu hijo está en riesgo y buscar ayuda. El tener un hijo cuya salud socio emocional está en riego y no se le ofrece tratamiento puede causar problemas en la escuela, en la casa y la vida adulta.

Entonces, ¿qué puedes hacer?

1. No esperes. Si sientes que tu hijo está en riesgo o piensas que algo está mal, habla con tu pediatra. Pide la encuesta de las Edades y Etapas del Desarrollo Socio Emocional (ASQ-SE, por sus siglas en inglés). Si aún sientes que algo no está bien, busca una segunda opinión. Si tu hijo está dentro de las edades de 0-3 años, llama a Intervención Temprana en la Niñez (ECI). Ellos pueden realizar una evaluación y ayudar con recursos.
2. ¡Juega! A través del juego, puedes ayudar a tu hijo a expresar comportamientos socio- emocionales. “¡Muy bien, David! Me gusta que estés compartiendo tus juguetes”.  “Tina, creo que el osito esta triste y está bien estar triste algunas veces”. Pasa tiempo con tu hijo y háblale mientras juegan. No juzgues su juego o hagas muchas preguntas.
3. Comportamiento modelo. La mayoría de las veces los niños nos imitan y aprenden a través de nuestro comportamiento. Si ven a sus padres felices, es muy probable que los niños sigan ese comportamiento. Si nos ven discutir, negativos o cansados ellos pueden alimentar esa energía. Si necesitas un minuto para calmarte, pídele a alguien que vigile a los niños.   

Los niños son nuestro futuro y debemos invertir tanto tiempo como sea posible en ellos. Los niños crecen rápido y antes que te des cuenta ya serán adolescentes, así que disfruta tu tiempo con ellos.

La sección de salud  mental y de comportamiento ofrece información y recursos valiosos.