4 de Mayo de 2017 | De: Melissa Morphis
Categorías: Apoyo para la familia
El ciclo escolar terminará pronto y llegarán los largos días de vacaciones de verano. No me malinterpreten, realmente disfruto el no hacer tareas, ni tener conferencias con los maestros y todo lo que consumen nuestras semanas mientras los niños están en la escuela. El dilema es qué hacer con tres meses y cuatro niños.
Me encantaría irme de vacaciones, pero eso simplemente no está dentro de nuestro presupuesto. Lo que quiero es crear recuerdos que los niños añoren más adelante. Esto me llevó a pensar en mi niñez.
Me di cuenta que no recordaba ninguna de nuestras vacaciones “grandes”. Solo recordaba lo que las fotografías reflejaban. Lo que si recuerdo es haber ido a acampar: No podíamos hacer que la casa de campaña se abriera y la experiencia fue una verdadera locura.
Recuerdo reuniones familiares con primos, risas y comida. Me di cuenta que no eran las vacaciones (usualmente llenas de gritos y estrés) lo que recordaba con cariño sino más bien los momentos que pasábamos juntos en familia.
Eran las cosas simples de estar juntos y disfrutar de esos momentos. Nadie le preocupaba cuánto dinero se gastaba, como lograr hacer más cosas en una semana o que había cosas que teníamos que ver.
Como familia hemos decidido construir nuestros propios recuerdos este verano. Compramos un poster he hicimos una lista de las cosas que nos gustaría hacer juntos. Sé que no vamos a lograr hacer todo, pero que lo que logremos, espero que mis hijos lo atesoren en su memoria.
Algunas de las ideas de nuestro hijo pequeño fueron: volar papalotes, comer nieve, nadar, jugar con el platillo volador, dormir todos en la sala y dibujar con gises en la banqueta.
Nuestros hijos mayores recomendaron ir de campamento y hacer otras actividades al aire libre, además de ir a visitar un pueblo fantasma, irnos de viaje, geo caching, ir al autocinema o hacer una fogata y comer bombones.
Mi esposo y yo también pensamos en actividades al aire libre como plantar en nuestro jardín. Tenemos proyectos, viajes, ir a escalar a Palo Duro Canyon y pasar tiempo con familiares y amigos. Como puedes ver las ideas son interminables, el cielo es el límite y estaremos construyendo lindos recuerdos.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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