Puesta de sol y mariposas

Al pasar de los años, desde que murió nuestra niña Casey, he escrito acerca de las señales y las formas en las que ella me deja saber que sigue aquí conmigo. En ocasiones cuando la estoy pasando mal, ella me manda una pequeña señal que me ayuda a seguir adelante.

Casey era nuestra única hija, todo nuestro mundo giraba a su alrededor. Cuando murió mi esposo y yo estábamos completamente perdidos. Descubrimos que nuestro tiempo libre era lo peor. Éramos solo nosotros y nuestros pensamientos. Eso nos llevaba a un círculo del cual era muy difícil salir.

Decidimos que teníamos que mantenernos enfocados el mayor tiempo posible. Unos amigos que también perdieron una hija tienen un rancho fuera de la ciudad. Disfrutábamos mucho salir de la ciudad y relajarnos con ellos. Decimos que nosotros buscaríamos nuestro propio rancho. Además, sería un proyecto que podríamos hacer juntos y nos mantendría ocupados.

Nos tomó un poco más de un año encontrar el racho perfecto para nosotros. Pero lo encontramos. Tenía todo lo que era necesario para nosotros. Casey odiaba estar fuera de casa. No le gustaban las carreteras. No era fan de la vida de rancho. Era nuestra pequeña niña de la cuidad a la cual le encantaba la alberca y relajarse en el aire acondicionado en nuestro hogar.

Pasamos mucho tiempo trabajando en el rancho. También bromeábamos de lo mucho que ella lo odiaría. Pero cuando dijimos eso una hermosa mariposa se posó en una planta frente a nosotros.

Manejábamos mucho en el atardecer, y en esas tardes la puesta de sol siempre tiene colores brillantes, rosas y morados (nada típico con el naranja de Texas). En esas tardes sentía que ella pintaba el cielo para nosotros. Me imaginaba que su trabajo era pintar los atardeceres. Ella seria increíble para ese trabajo.

Esta página tiene información relevante para padres que han perdido un hijo con discapacidad.