May 29, 2018 | De: Jennifer Johnson Cindi Paschall
Categorías: Apoyo para la familia
Tengo un esposo y dos hijos con discapacidad, 3 perros, un gato y un pez. Trabajo desde mi casa. Trato de mantener un equilibrio entre las juntas de la escuela, las citas médicas, la terapia y las citas de consejería. Trato de mantener la casa un poco ordenada. También intento cocinar comida saludable de vez en cuando.
Y en medio de todo esto trato de divertirme con mis hijos y llevar una vida normal. Lo que sea que eso quiera decir.
Es mucho trabajo. Estoy cansada. Estoy agotada. Me siento completamente desgastada. Después me ataca la ansiedad. Me siento y me pregunto por qué me siento de esta manera. Nada ha cambiado en mi vida. Estoy haciendo todo como normalmente lo hago. ¿Por qué tengo un ataque de pánico en lunes a las 11 de la mañana? No tiene sentido.
Pero lo pienso bien y, ¡si tiene! Nuestros cuerpos y mentes solo pueden manejar cierta cantidad de estrés. Solo podemos soportar rutinas demandantes por un periodo de tiempo. He aprendido que mis ataques de ansiedad son la señal de que mi cuerpo me está forzando a tomarme las cosas con más calma. Mi mente me está diciendo que estoy haciendo muchas cosas a la vez.
Cuando tienes hijos siempre te preocupas por ellos. Quieres estar seguro de que los estas criando de la mejor manera. Cuando tienes hijos con discapacidad creo que esa preocupación se intensifica.
Siempre me estoy preocupando y preparando para cosas que “pueden pasar o no” en la vida. ¿Qué tal si se enferma en medio de la noche, se vomita y respira su vomito? ¿Qué tal si se cae de la cama? ¿Qué tal si se ahoga en la escuela cuando le estén dando de comer? ¿Qué tal si se enoja en la escuela y destroza todo? ¿Qué tal si se escapa y nunca regresa? ¿Qué tal si me equivoco en su horario escolar? ¿Qué tal si esto, que tal si lo otro? Subconscientemente siempre estoy teniendo esos pensamientos.
Mis ataques de ansiedad son la señal que necesito desconectar todos mis pensamientos. Necesito tratar de salir de mi cabeza. Necesito tratar de relajarme un poco más. En ocasiones voy y me hago una pedicura o salgo a comer con una amiga. Apago todas las redes sociales y veo mucha televisión. Una escapadita de la realidad ayuda mucho, aunque sea por unas horas.
Si te estas ahogando en estrés y ansiedad espero que puedas encontrar tiempo para bajarle un poco al ritmo de tu vida y desconectarte por un rato. Trata de recargar energías. Esta vida no es fácil y tenemos que estar saludables para cuidar de nuestros hijos que nos necesitan.
Cuidar de ti misma en lo más importante que puedes hacer por ti y tu familia.
Cuando tiras una piedra en un estanque, se crean olas pequeñas en la superficie, a veces se extienden hasta muy lejos. Ahora que trabajo con muchas de las personas que alguna vez cuidaron a mi hija, veo las olas creadas por ella en muchos aspectos.
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