El regalo en la regadera

Yo soy una madre que perdió una hija. Eso te rompe el alma. En muchas ocasiones se me es muy difícil seguir con mi vida diaria. Una de las cosas que lo ha hecho un poco más llevadero es estar al pendiente de los pequeños tesoros que me regala mi hija.

Todos los padres que están pasando por un luto reciben estos tesoros. Estos regalos son recordatorios dejados por nuestros hijos. Todo lo que tienes que hacer es ver, sentir y escuchar. Nunca sabes cuándo te vas a encontrar un tesoro de tu hijo.

Anoche encontré un tesoro y lo encontré mientras escuchaba. Me acababa de salir de la regadera y me estaba secando. El cuarto estaba en silencio y me estaba tomando un poco más de lo usual para terminar.

Estaba disfrutando la paz y el silencio. Después lo escuché. Esa última gota de agua saliendo de la llave se estaba yendo por el drenaje. Ese sonido me transporto inmediatamente a tiempos atrás cuando mi niña se bañaba.

Un sentimiento cálido y de felicidad me invadió. Vi mi cara en el espejo y vi una gran sonrisa. Mi hija me había mandado un tesoro. Un regalo de las dulces memorias de cuando tomaba su baño.

Esa bañera había sido uno de sus lugares favoritos. Cuando escuchaba que era día de baño su carita se iluminaba de felicidad. Algo tan simple que yo daba por sentado la hacía muy feliz.

Si no me hubiera tomado el tiempo extra para secarse nunca lo hubiera escuchado. Lo que pasaba con mi niña era que nos tomaba mucho tiempo sacarla de la silla en la regadera, secarla y regresarla otra vez a su silla de redas. Así que en esos momentos escuchábamos las gotas cayendo de la llave.

Así que en este día me mando el regalo de escuchar las gotas caer y significó muchísimo para mí. Todo lo que tienes que hacer es poner atención en esa pequeña catarina parada en tu mano, o la briza o escuchar la regadera para saber que tu ángel te mando un regalo.

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