13
de
Enero
de
2016
|
De:
Cindi Paschall
Categorías:
Apoyo para la familia
Le pregunté a varios padres lo que ellos le dirían a un nuevo padre sobre lo que harían diferente si pudieran. Aquí están sus respuestas.
- Me centraría en las aptitudes de mi hijo. Las apoyaría y fomentaría. A través de las aptitudes de mi hijo, hemos sido capaces de apoyar sus necesidades.
- Exploraría una variedad de recursos y programas en mi comunidad – apoyos naturales. Las opciones no deben limitarse a los programas especiales para niños con discapacidad. Mientras que un programa especial puede ser de beneficio, otros programas regulares ofrecen una variedad más amplia de oportunidades y espacios.
- Dedicaría menos tiempo a la creación de un programa selecto y más tiempo ayudando a mi hija a crear una gran vida. He aprendido que un buen programa no garantiza una buena vida. ¡La Planificación Centrada en la Persona cambió nuestra vida!
- Alcanzaría las estrellas – asumir competencia. No permitiría que las bajas expectativas o falta de creatividad, compromiso y experiencia de una persona interfiriera en los sueños de mi hijo. El hecho de que siempre lo hemos hecho de esta manera, no significa que debemos continuar haciéndolo del mismo modo.
- Tomaría el "consejo de expertos" acerca de lo que mi hijo podría hacer con cuidado. El consejo a veces era lo contrario de lo que yo esperaba y soñaba para mi hijo. Aprendí a despedir a los pesimistas rápidamente. Sin embargo, todavía sigue siendo un reto.
- No pediría permiso para que mi hijo participe en un grupo de la escuela o club. En su lugar, me qué apoyos necesitan para que mi hijo participe. Cuando me percaté que estaba dándole permiso a las personas para decir "no", cambié la forma de pedir las cosas. Mediante la identificación de necesidades y la adición de apoyos en el documento de IEP (Programa Educativo Individualizado), se abrieron las puertas que alguna vez estuvieron cerradas. Las acomodaciones y modificaciones le ofrecen a todos los estudiantes la misma oportunidad de participar en actividades no académicas y extra-curriculares.
- Le permitiría a mi hijo tener éxito y fracasos con elegancia. Le permitiría tomar riesgos. Parte del proceso de maduración de una persona, independientemente de su edad o habilidad, es aprender por medio de la exploración. El intentar y fallar ayuda a determinar qué es lo mejor para ellos. No podemos negarles la oportunidad de cometer errores o tomar riesgos debido a nuestra propia incomodidad o preocupación por su "seguridad". Si no les permitimos intentarlo, podrían no experimentar la sensación de independencia, realización, orgullo, gustos y disgustos personales.
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