Consejos para acampar en familia

Durante un tiempo, la idea de llevar a mis hijos de viaje era desalentadora. Mi hijo deambulaba por todos lados y mi hija se agobiaba con los sonidos. Por estas razones, pensamos que acampar sería una buena opción para nuestra familia. El aire libre ofrecía a mi hijo la oportunidad de caminar mucho y moverse. Mi hija disfrutaba la tranquilidad de la naturaleza. 

Texas y Arkansas cuentan con numerosos parques estatales, muchos de ellos con senderos accesibles. Algunos parques disponen de cabañas que se pueden reservar. Dependiendo del parque, las cabañas pueden tener baños o no. Algunas son más rústicas, con una zona cubierta con mosquitero y suelo de cemento. Nuestros hijos disfrutaron durmiendo en una tienda de campaña y, con la práctica, aprendimos qué secciones del parque eran las más tranquilas. 

Como en cualquier viaje, debes planearlo todo con anticipación y hacer la maleta con cuidado. Comunícate con tu hijo. Sé flexible. Toma descansos y, lo más importante, ¡diviértete!

Planear ir de campamento significa asegurarse de que el lugar es accesible y cubrirá tus necesidades. Recomiendo descargar e imprimir los mapas del parque. Durante las vacaciones de primavera, sabíamos que teníamos que reservar nuestro sitio con anticipación si queríamos estar en las zonas más tranquilas del parque. Si necesitas electricidad para cargar sillas de ruedas o dispositivos de comunicación, asegúrate de reservar lugares con conexión eléctrica. 

Puedes llamar a la oficina del parque con anticipación para comprobar si hay baños accesibles o senderos pavimentados; planea para no tener internet. A nuestros hijos les encantaba mirar libros y juegos, pero también jugar con cosas que encontraban en el bosque. Un peluche favorito siempre ayudaba. 

Hacer el equipaje con cuidado significa asegurarse de llevar medicamentos, cualquier equipo especial o lo necesario para las dietas especiales. Incluye comidas, provisiones y cualquier otra necesidad. Aunque las tiendas de comestibles y las farmacias suelen estar cerca, es mejor estar preparado y llevar todo lo necesario. Si parecía que iba a llover, llevábamos toallas y mantas de sobra. Una vez tuvimos que ir a una lavandería para secar los sacos de dormir. 

Asegúrate de que tu hijo entienda lo que van a hacer. Lleva herramientas de comunicación si tu hijo funciona mejor con ellas. Los horarios visuales ayudaron a nuestros hijos a entender lo que íbamos a hacer cada día. 

Fuimos flexibles y tomamos descansos. Si los niños estaban cansados, no intentábamos apurarlos. Si se divertían jugando en el arroyo, los dejábamos. Sentarse alrededor de una fogata o acostarse a disfrutar de las estrellas era relajante. 

Nuestros viajes nunca fueron perfectos. Tuvimos averías en el coche o tormentas repentinas. Una vez dejamos un peluche en un restaurante, tuvimos que regresar y dar una vuelta de una hora. A pesar de todo, intentamos mantenernos optimistas y positivos, ¡porque los viajes tienen que ser divertidos! Como familia, guardamos buenos recuerdos de nuestras aventuras de campamento. 

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