4 de Febrero de 2016 | De: Monica Castillo
Categorías: Apoyo para la familia
Como madre, tengo muchos roles y llevo muchos sombreros. Soy la típica madre que trabaja además de ser ‘chofer’ haciendo los viajes a la escuela, prácticas escolares, citas con el médico y cosas similares. Desde hace varios años, cuando mis hijos eran pequeños, yo vivía una vida mucho más estresante. Era una madre de tiempo completo que trabajaba fuera del hogar, estudiante universitaria, jefe de familia, chofer y para rematar, cocinera. Al igual que muchas mamás, tuve un calendario lleno sin tiempo que perder.
En general, fue una vida muy plena. Resumiendo tuve dos niños diagnosticados con TDAH y más adelante diagnosticados con autismo. No era una situación sencilla. Era tremendamente agotador, a veces lo único que quería era que todo se detuviera. Entre las visitas al médico, las sesiones de terapia y todo lo demás, poco a poco perdí mi sentido de mi misma. No me di cuenta en ese momento, pero yo estaba tan triste y cansada que sentía una gran pena en mi vida. Empecé a aislarme de mi familia. Me despreocupé de la escuela, no podía concentrarme en el trabajo, y estaba constantemente en movimiento, tanto de día como de noche. Pensé que era cansancio, pero como me di cuenta después, yo estaba muy deprimida.
Un día asistí al Entrenamiento de Apoyo a Familias de Texas Parent to Parent donde hablaron sobre el dolor al tener un hijo con discapacidad. Luego hablaron de las etapas emocionales que experimentan los padres. Me di cuenta que lo que me estaba viviendo era el proceso del duelo. A pesar que me tomó mucho tiempo entenderlo, me tomó más tiempo hacer algo al respecto. La mayoría de la gente piensa que el duelo solamente está asociado con la pérdida de un ser querido, pero la verdad es que experimentamos el dolor de muchas maneras y por muchas razones a lo largo de nuestra vida. Podemos llorar por la pérdida de un trabajo, una enfermedad, la pérdida de un compañero o incluso un diagnóstico inesperado.
Aprender a reconocer lo que estaba sintiendo y por qué me sentía de esa manera fue una bendición. Como he aprendido acerca del duelo y sus etapas, también aprendí lo que es la sanación personal y lo importante que es para todos nosotros y para nuestras vidas. Nuestros sentimientos de tristeza o decepción son emociones humanas normales y tenemos todo el derecho de sentirlas. A través del reconocimiento y la aceptación viene la curación y la felicidad. Incluso en las situaciones más difíciles, después que viene el dolor viene la curación y es cuando podemos seguir avanzando.
Texas Parent to Parent ofrece una variedad de cursos de capacitación. El adiestramiento que cubre el dolor y las etapas de adaptación es sólo uno de los muchos que ofrecen. Visita su sitio web para obtener más información y para ver cuando será el próximo entrenamiento de apoyo a padres Encuentra servicios, grupos y eventos.
Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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