18 de Febrero de 2020 | De: Kelly Mastin
Categorías: Apoyo para la familia
Mi hija y yo estábamos en su cuarto y notamos que la ventila en el techo necesitaba una buena limpiada.
Traté de alcanzarla parándome en un banquito, pero no fue suficiente. Así que mi esposo trajo una escalera de la cochera y fácilmente alcanzo la ventila. Le quito la cubierta y yo la detuve mientras que el aspiraba la ventila. Mi esposo regresó la escalera a la cochera mientras yo le avisaba a mi hija que habíamos terminado.
“Viste como papá me ayudó a alcanzar la ventila?” le dije. “Y después uso la aspiradora para ayudarme a limpiar.”
Me dijo que sí.
De repente, pensé en todas las veces al día en las que mi hija necesitaba que otra gente la ayude. Necesita ayuda para vestirse y para su higiene personal. Usa una silla de ruedas y necesita ayuda para subir y bajar de la camioneta. Casi no habla y muy a menudo necesita ayuda para comunicarse.
Quería reiterarle el hecho de que su papá me ayudara para normalizar el necesitar ayuda.
“Papi me ayudó. No lo podría haber hecho sola. Todos necesitamos ayuda en algunas ocasiones, ¿no te parece?”
Viéndome fijamente a los ojos, me dijo que si otra vez, viendo la verdad.
Necesitar ayuda no es algo malo. Todos necesitamos ayuda. Todos somos interdependientes. Todos necesitamos el apoyo de los demás.
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