6 de Diciembre de 2016 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia, Transición a la edad adulta
A través de los años recuerdo vagamente conversaciones abordando algunos de los diagnósticos y síntomas de mi hijo Jac –y como esperan que disminuyan con el tiempo. No recuerdo que ningún doctor me advirtiera acerca de cuan mal se pondrían las cosas cuando llegara el periodo de pubertad. El comportamiento de Jac se hizo mucho más difícil.
Nuestro hijo es un niño de 14 años que tiene autismo, epilepsia, asma y otros varios asuntos.
El verano había sido relativamente tranquilo hasta agosto, cuando algo en el viento cambió. Me di cuenta de que Jac empezaba a comer mucho. Rara vez comía mucho de una vez, pero de repente, come como si estuviera muerto de hambre. Jac está tomando varios medicamentos para sus problemas de salud. Siempre me pregunto si su apetito se afecta por los medicamentos, pero este aumento acelerado en su apetito salió de la nada.
El verano no siempre es fácil para los niños con autismo porque no tienen la rutina de la escuela. Jac tuvo la suerte de calificar para la escuela de verano este año. Terminó en julio y tratamos de mantener un ambiente estructurado tanto como fue posible, pero cuando terminó la escuela de verano, Jac se convirtió en un chico diferente ... un niño intimidante.
Mi hijo es hiperactivo, pero ahora se estaba volviendo huraño, violento, agresivo. Él lanza cosas y debo admitir que tiene buena puntería. Una vez, me tiró un estuche de DVD y me golpeó en la cara. En lugar de bailar su música, ahora pasaba cerrando la puerta una y otra vez.
Mi esposo y yo lo llevamos al pediatra y le comentamos de este comportamiento. A medida que nos sentamos y escuchamos, nos dimos cuenta que nunca habíamos tenido esta típica experiencia de un adolecente "enojado" con nuestro hijo mayor. No es algo que hayamos experimentado antes.
Además de la estructura, los niños con necesidades especiales de salud necesitan tener actividades para resolver su agresión, al igual que los niños de desarrollo típico que participan en deportes, como balompié, fútbol, baloncesto u otros deportes. Encontrar las maneras para que los niños participen en actividades similares debe ayudar con los síntomas, incluso si se trata de dar paseos o participar en actividades deportivas de Olimpiadas Especiales.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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