Quien se iba a imaginar que el millaje en mi carro me provocaría tanta tristeza

Tim trabajaba desde la casa y yo me dedicaba a cuidar a Casey todo el día. Así que el tener un solo auto siempre nos funcionó muy bien. Siempre fuimos una pareja que solo tenía un auto aun antes de que naciera Casey. Había una o dos ocasiones en el año en las que nos hubiera gustado tener un segundo auto, pero no pasaba muy seguido.

El día después de que murió Casey teníamos que ir a la funeraria hacer los arreglos necesarios. Subirnos a la camioneta sin ella y sin dejar a una enfermera en la casa para que la cuidara era muy doloroso. Odiaba andar en la camioneta sin ella. Le dije a Tim que había muchas familias las cuales necesitaban una camioneta como la nuestra y necesitábamos deshacernos de ella. Era demasiado para mí. Él estuvo de acuerdo y la vendimos.

Al principio solo compramos un auto. Tuvimos tanto tiempo un auto que parecía que era todo lo que necesitábamos. Sin Casey en casa, nos encontramos con la necesidad de usar el auto mucho más que antes. Después de unos meses terminamos comprando otro auto para Tim.

La mayor parte del tiempo si estamos juntos nos vamos en la camioneta de Tim, pero fuera de eso cada uno maneja su propio auto por toda la ciudad.

Nunca esperé tener una reacción emocional a las millas de un carro, pero si me pasa. Cuando cualquiera de nuestros autos pasa de 1000 millas, solo puedo pensar en que todas esas millas las hemos recorrido sin Casey. A medida que se acercaba a las 10,000 millas yo ya no quería que saliéramos de la casa. Deseo que pudiéramos dejar de acumular millas. Ahora no solo lo veo como millas recorridas sin ella, pero también siento que cada milla nos aleja más de Casey.

Nunca me habían importado las millas de los autos. Nunca esperé que las millas de un carro me provocaran estos sentimientos.

Tu cerebro hace cosas muy extrañas cuando está pasando por un duelo.

El duelo es algo muy personal. Aquí encontraras información que te podrá ayudar.