7 de Marzo de 2018 | De: Family to Family Network
Categorías: Apoyo para la familia, Transición a la edad adulta
Mi hijo Stephen estaba en la preparatoria cuando tuvo su primera experiencia durmiendo fuera en un campamento. Muchos de sus amigos habían estado yendo a campamentos por años. Sus padres compartían historias maravillosas de como cantaban alrededor de la fogata, como andaban en canoas, en la tirolesa y de como hacían amigos nuevos. Todo se escuchaba muy bien, pero no me podía quitar de la cabeza mis ideas fastidiosas. ¿Quién le ayudaría a cepillarse los dientes? ¿Podría pasar cinco días sin su DVD? ¿Se acordaría de cambiarse los calcetines? ¿Nos extrañaría?
Finalmente, una buena amiga me convenció que lo tratáramos. Su hijo planeaba asistir al campamento de Camp Blessing el siguiente verano y creía que sería muy divertido que fueran juntos. Mi amiga sabía que teníamos que inscribirnos pronto, así que aplicamos en noviembre para ir en junio.
Un mes antes del campamento recibimos un correo electrónico con las formas que teníamos que completar y una lista de las cosas que tenía que llevar. Compré bolsas grandes de plástico para empacar cada cambio de ropa para cada día y etiqueté cada una con lunes, martes etc. Empaqué medicamentos junto con refrigerios, como puré de manzana, para que lo comiera cuando tomara su medicamento.
¡El gran día llegó! Estábamos ahí en la línea de carros donde estaban dejando a los niños. Dos jóvenes entusiastas abrieron la puerta del carro, le asignaron su cabaña y lo presentaron rápidamente al comité de consejeros que le dieron la bienvenida.
Para cuando me estacioné y lo busqué en su cabaña, Stephen estaba sentado en el área común con otros campistas y consejeros. Todos se estaban riendo y empezando a conocerse entre sí. Me presenté con un joven muy atento el cual estaría a su lado los cinco días. Él se aseguraría que Stephen estuviera seguro, que se atendieran sus necesidades y que pasara los mejores momentos de su vida. Stephen se despidió de mi con un alegre “¡Adiós mamá!” sabía que todo iba a estar bien.
¡Cuando fui a recogerlo cinco días después, su sonrisa demostró que ya estaba listo para los campamentos! Su maleta llena de ropa maloliente y sucia era prueba de que se había cambiado los calcetines todos los días. Y mientras sobrevivió sin su DVD, estaba muy contento de llegar a casa y enseñarme su nuevo DVD el cual le habían dado en el campamento en la ceremonia de clausura. El DVD tenia videos de todas las actividades que hicieron durante la semana, así como fotos de sus amigos.
El verano pasado, Stephen asistió al campamento por séptima ocasión seguida. Estoy muy agradecida con mi amiga que me animó a mandarlo por primera vez. El campamento lo ha ayudado a tratar cosas nuevas, tener más seguridad en sí mismo y ser más independiente.
Existe una gran variedad de campamentos para cada edad y discapacidad. Muchos de los campamentos también tienen programas para los hermanos los cuales pueden unir ya sea por mera diversión o para servir como consejeros. La mayoría de los campamentos se llenan rápido así que es importante registrarse en noviembre o lo más pronto posible.
¿Crees que estás listo? Para más información acerca de las diferentes oportunidades de campamentos en Texas haz click aquí. También puedes buscar más campamentos cerca de ti usando la búsqueda en servicios, grupos y eventos.
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