20 de Febrero de 2018 | De: Leslie Curtis
Categorías: Apoyo para la familia
Un niño con autismo a menudo esta solo en su propio mundo. Esto indudablemente describe el mundo de mi hijo por los pasados 15 años. Siempre me pareció extraño que no supiera como jugar. Tuve que sentarme con él y mostrarle cómo jugar con las figuras de juguete o camiones de bomberos. Otra cosa diferente es que nunca tuvo mucho interés en jugar con otros niños. Como madre, esto me rompía el corazón. Pero, sinceramente, a lo largo de los años, hemos tenido tantos problemas con su salud que el hacer amistades no era tan importante en mi lista de prioridades.
Los dos años anteriores, mi hijo venía a la casa y ocasionalmente hablaría acerca de otros niños de la escuela, pero la mayoría de las veces, su interés se basaba en las maestras. Este año él comenzará la preparatoria y sinceramente no esperaba ningún cambio grande en esta situación. Eso fue hasta que mi hijo fue el viernes a su programa de respiro mensual. Él llegó a la casa y mientras estaba preparándose para bañarse, me dice de la nada, “tengo novia, Sangerina”.
Volteé a verlo con la boca abierta. Este niño que rara vez habla sobre compañeros, estaba enamorado de Sangerina. Se metió en su baño de burbujas y continuó repitiendo “me divertí mucho con Sangerina. Sangerina y yo jugamos juntos. Me gusta Sangerina”. Brotaron grandes lagrimas por mis ojos ya que esta chica causó una gran impresión en mi hijo.
Como con todo con el autismo, pensé, esto será olvidado en la mañana y escucharemos más sobre esta nueva niña en la vida de mi hijo. Sin embargo, cuando mi esposo le preguntó a Jac sobre su noche de respiro, Jac repitió: "Me gusta Sangerina".
Por supuesto, no estaba muy segura de la pronunciación del nombre de esta chica, pero tenía que ir con la corriente. Al día siguiente, llevé a Jac a la escuela y esta dulce niña lo saludó cuando entramos al salón de clases y mencionó que vio a Jac en el respiro. Inmediatamente, mi cabeza comenzó a hilar sucesos.
Le dije: “cariño, dime tu nombre”.
Ella me respondió: "Me llamo Serena. Jac y yo vimos películas y nos sentamos juntos”.
Mi corazón casi saltó de mi pecho. Esta chica preciosa era LA CHICA que tanto le gustaba a Jac. Jac eligió a una chica encantadora para ser su amigo y todo lo que podía pensar era en cómo este era otro de esos momentos especiales que nunca pensé que veríamos. ¡Todos necesitan un amigo con quien hablar, reírse o simplemente sentarse a mirar Toy Story!
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