17 de Diciembre de 2017 | De: Shailen Singh
Categorías: Diagnóstico y el cuidado de la salud, Apoyo para la familia
Mi esposa y yo recientemente decidimos medicar nuevamente a nuestro a nuestro hijo. Nos habíamos tomado un descanso por mucho tiempo y ese descanso había coincidido con un cambio filosófico, por ejemplo, no queríamos que estuviera tomando medicinas por el resto de su vida. Y ahora estábamos cambiando el rumbo.
Él había tomado Gabapentín para la espasticidad por mucho tiempo y dejamos de dársela, esperando que él fuera capaz de ajustarse. Nuestra preocupación principal era asuntos relacionados con el hígado, los efectos secundarios de estar utilizando un medicamente neuro inhibidor por largo plazo.
Pero luego el doctor expresó algunas preocupaciones relacionadas a la espasticidad en sus brazos. Él nos dijo que en algún momento nuestro hijo estaría en riesgo de contracturas u otras deformidades ortopédicas. Él recomendó que regresáramos a Gabapentín para minimizar esos riesgos.
Luego teníamos que tomar una decisión. Lo que queríamos para nuestro hijo versus lo que era mejor para nuestro hijo. Realmente estábamos entre la espada y la pared. Así que decidimos medicarlo nuevamente. Fue una decisión difícil porque tuvimos que luchar contra nuestra voluntad y pensamos que era lo mejor para él a corto plazo, realmente no lo era a largo plazo.
La lección que aprendimos fue de ser más flexible, vivir y pensar en el presente y no necesariamente en el futuro. Tal vez estamos, tan enfocados en los detalles y no en la situación como un todo, pero esto es lo que es mejor para él en este momento. Y honestamente, el mañana es completamente desconocido, así que ¿por qué no intentamos tomar decisiones con eso en mente?
Él ha estado en medicamentos por dos semanas, y ¿adivina qué?, fue la mejor decisión. Tiene mejor humor y menos espasticidad. Simplemente es más feliz. Así que la decisión que tanto nos atormentaba, que era en contra de nuestras creencias, funcionó.
Si algo he aprendido al ser padre de un niño con discapacidad, es flexibilidad. Simplemente fuimos con la corriente. La decisión correcta de hoy pudiera ser la decisión incorrecta mañana y viceversa. Descubrí que, en lugar de tomar una decisión drástica y rápida, es mejor desarrollar un conjunto de valores por el cual tomar decisiones y en este caso, nuestros valores están basados en lo que es mejor para nuestro hijo hoy y mañana.
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Trabajar desde casa permite centrarse en las prioridades. Primero, soy cuidador y, segundo, soy todo lo demás.
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Incluso aunque haya pasado mucho tiempo, es importante que los cuidadores empiecen a cuidarse a sí mismos. Ponerme al corriente con mi atención médica y hacer cosas solo para mí me ha hecho sentirme más feliz y saludable.
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¿Quién fue el que dijo: “nada permanece, excepto el cambio”? Ojalá que esa persona pudiera decirnos cómo manejar los cambios a quienes no nos gustan los cambios, ni siquiera los que son buenos.
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